Vamos a continuar en la construcción de un San Luis Potosí más verde, ecológico y siempre protector de los animales.
El gobernador, Ricardo Gallardo Cardona, recordó que el estado ya cuenta con penas para cualquiera que maltrate un animal “para todos aquellos que los golpeen, sea un perro, gato, caballo, o lo que sea, se van a ir cinco años a la cárcel por maltratar a un ser vivo”.
Destacó que San Luis Potosí es la única entidad que tiene un castigo así en todo el país, “somos el primer estado en lograrlo, de esta forma vamos a seguir construyendo un estado más verde, más ecológico y protector de los animales”.
El mandatario estatal refirió que “también se construyen ya parques para perritos y gatitos en todos los Centros Recreativos Tangamanga, de igual forma refugios para animales, para todos esos perros desamparados de la calle”.
Tenemos que ser iguales, dijo, todas y todos, en la sociedad donde vivimos vamos a defender los valores de los jóvenes, niños y mujeres, pero también de los que no pueden hablar y gritar “por eso todos los días construimos un estado más verde y próspero”.
En esa prosperidad, incluyó, queremos traer ahora a artistas internacionales, que antes solo iban a ciudades como Guadalajara, Monterrey y México, “apenas empiezan a venir a San Luis; nadie los había traído y ya los estamos trayendo, pero gratuitos”.
En otro orden de ideas, el gobernador de San Luis recordó que la delincuencia no conoce de límites territoriales ni geográficos, “por esa razón necesitamos una coordinación más eficiente entre los gobiernos para su combate”.
Finalmente, Gallardo Cardona consideró que los límites territoriales impuestos por ordenamientos administrativos dificultan la tarea, “con el convenio firmado el viernes pasado con el gobierno de Zacatecas podrá generarse un combate más eficaz al delito”.
En el 2022, desde nuestra entidad, el aparato de inteligencia de seguridad detectó que caminos y brechas en la zona fronteriza con Zacatecas propiciaba un corredor para la delincuencia en los municipios de Salinas, Villa de Ramos y Santo Domingo, por la que células podían evadirse de persecuciones, o incursionar a otros territorios.