San Luis Potosí es la segunda economía que más crece en todo el país, después de Baja California es el estado que más rápido se ha desarrollado en México y en los últimos cuatro años se ha ubicado dentro del top 5 de los lugares que más crece a gran velocidad, principalmente en el sector manufacturero y automotriz.
Señaló el titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO), Gustavo Puente Orozco, quien indicó que actualmente la entidad cuenta con dos grandes empresas armadoras y 230 compañías relacionadas con el ramo automotriz y autopartes; a pesar de que éste es el que más ha venido empujando a San Luis, reconoció que también la industria agrícola y ganadera han comenzado a reflejar un progreso importante, incluso por encima de lo que crece el resto del país.
Destacó que en la región Centro Bajío los estados de Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes y por su puesto San Luis Potosí representan una gran oportunidad para recibir nuevas inversiones.
Gracias a un convenio firmado entre los gobernadores de estas entidades se ha consolidado una superficie de 300 kilómetros, donde los inversores encontrarán siete plantas armadoras como Honda, Toyota, Mazda, General Motors y BMW, una planta de motores de Volkswagen, una planta de transmisiones de GM y cerca de 850 proveedores del sector automotriz y autopartes en un círculo muy cercano.
El presidente de la Asociación de Ejecutivos de La Gestión del Talento Humano de San Luis Potosí A.C. (ADERIAC), Sergio Muñoz Martínez, consideró que “el buen manejo de los recursos públicos siempre da más certeza a la inversión extranjera y privada, porque de ahí se pueden generar ciertos subsidios y otro tipo de apoyos para consolidar las inversiones”; en ese sentido expresó que esto “ha sido parte del éxito del actual gobierno y que ha permitido que el crecimiento se siga dando en la entidad”.
Apuntó que para cualquier economía de un país o de una ciudad es importante hacer un buen uso de los recursos públicos, por lo que se debe ser sumamente cuidadosos en no generar gastos mayores a lo que realmente ingresan, y sobre todo debe haber un buen control en las finanzas para dar certeza tanto a los empresarios como a los ciudadanos.