La migración de inversión y de algunos habitantes fue uno de los efectos que trajo consigo el sismo ocurrido en la Ciudad de México en septiembre de 2017, lo cual se vio reflejado en el sector inmobiliario, pues del 30 por ciento de crecimiento que tiene registrado en este año, se estima que entre un ocho y 10 por ciento sea derivado de dicha migración.
Aseveró lo anterior el presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), Pablo Saavedra Sada, quien señaló que los estados de Querétaro y Aguascalientes son los dos principales que han recibido más flujo migratorio, y que San Luis Potosí se posiciona como el tercer destino preferido tanto por ciudadanos como inversionistas para moverse.
“Ha habido migración en cuestión de inversión, es decir, que si bien la gente no se salió de erradicar en la Ciudad de México sí han hecho inversiones; podemos decir que todavía es temprano en el año para decirlo, sin embargo parte de este 30 por ciento promedio que hemos crecido en lo que va del año, sí podemos decir que entre un ocho y 10 por ciento ha sido derivado de la migración, tanto de negocios e inmobiliaria”, indicó.
Recordó que en el caso del terremoto de 1985, al ser mucho más devastador en cuestión de estructura debido a que la ciudad no estaba preparada, provocó que el porcentaje de migración de las personas hacia otras entidades fuera mayor; sin embargo actualmente los edificios cuentan con una infraestructura mucho mejor, por lo que los sismos del año pasado no ocasionaron daños tan severos como antes.
“Este sismo no fue tan devastador como el del 85, porque la ciudad no estaba preparada pero ahora ya lo está, por eso es que no salió tanta gente como en el 85; son situaciones totalmente distintas y también áreas de oportunidad para seguir mejorando y ser exigentes en las regulaciones o licencias de construcción”, concluyó.