Ocho de cada diez jóvenes universitarios tienen el hábito de la lectura, aunque este hábito ya no lo practican en libros o periódicos, sino en sus teléfonos inteligentes o smartphones. Aunque se ha comprobado que muchos están llegando sin saber leer y al obligarlos a hacerlo, es más difícil el discernimiento que se requiere en las aulas.
Lo anterior son datos emanados de primera Encuesta Nacional sobre Consumo de Medios Digitales y Lectura que practicó una de las instituciones bancarias más importantes del país en el 2015. La metodología fue aplicada a jóvenes de 12 a 29 años de edad, una gran mayoría de ellos universitarios.
“Los profesionales de la información, tienen una responsabilidad muy grande, la de formarse para poder orientar correctamente a los estudiantes en sus búsquedas de información y hacerlas más puntuales. El fomento al hábito de la lectura no es fácil de crear, tiene que empezarse desde edades tempranas, es una actividad de la educación básica, sin embargo los estudiantes están llegando a las universidades sin saber leer, esto impacta directamente en el desarrollo profesional del universitario”.
Comentó además que se tiene un grave problema en las universidades, que es el hecho de que los estudiantes llegan sin tener el hábito de la lectura y al presentarles un texto especializado, necesario para su formación profesional, se encuentran con una especie de barrera.
Hace falta capacitación profesional para la difusión de la lectura, se requiere una metodología específica para poder abordar el tema, no solo con los niños, sino también con los adultos.
“La única forma de adquirir este hábito es leyendo, es recomendable tener la asesoría de alguien que conozca el campo, para que acerque los textos que puedan resultar atractivos para la persona que apenas va empezando, el fracaso de la lectura en nuestro país se da cuando se nos obliga a hacerlo, debe realizarse por voluntad propia, está comprobado que esta actividad se hace un hábito cuando la persona la disfruta”.