De acuerdo a los datos de la dirección general de Información de los Servicios Estatales de Salud (SES) se reportan en control nutricional en unidades médicas de todo el territorio potosino 4 mil 469 niñas y niños menores de diez años por sobrepeso u obesidad.

La obesidad infantil es una enfermedad crónica que se caracteriza por un exceso de grasa corporal en los niños. Se considera que un niño tiene obesidad cuando su peso es mayor al 20 por ciento del ideal para su estatura.

Puede ser perjudicial para la salud de los niños y puede derivar en otros problemas de salud, como diabetes, enfermedad cardíaca y algunos tipos de cáncer.

Las principales causas de la obesidad infantil son los problemas relacionados con el estilo de vida, como el consumo de alimentos y bebidas con muchas calorías y la falta de actividad física. Sin embargo, los factores genéticos y hormonales también pueden influir.

Se puede clasificar en exógena y secundaria. La primera es la más frecuente y representa el 95 por ciento de los casos, mientras que la secundaria corresponde al 5 por ciento.

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En el estado de San Luis Potosí, para que niñas, niños y adolescentes gocen de una alimentación saludable, los Servicios de Salud, a través de las siete Jurisdicciones Sanitarias ha capacitado a 19 mil 316 madres, padres y tutores en la prevención de sobrepeso y obesidad, informó Alejandra Ramos Cortez, responsable del Componente de Nutrición en la Infancia y la Adolescencia.

Además de hacer énfasis en las y los menores de la necesidad de realizar actividad física o practicar algún deporte y asesorar a madres, padres y tutores sobre el manejo de la diabetes, el control de la glucosa y la importancia de hábitos saludables, a estos últimos, se les pide que refuercen el apoyo emocional, ya que los trastornos de la conducta alimentaria suelen estar relacionados con la falta de autoestima o problemas emocionales especialmente en la etapa de la adolescencia.

La obesidad es un importante problema de salud por sí mismo, pero también se considera como uno de los factores de riesgo más señalados para el desarrollo potencial de enfermedades graves como el hígado graso no alcohólico, el que a su vez puede derivar en cirrosis y cáncer hepático, dislipidemia mixta, triglicéridos altos, síndrome metabólico, y múltiples tipos de cáncer, entre otras más, en comparación con las personas que tienen buenos hábitos alimenticios y de ejercicio, y un peso adecuado.