Un milagro, no hay otra forma de describir la fortuna de que ninguna persona haya resultado herida o perdiera la vida cuando a las 6:30 de la mañana de este miércoles, un tráiler se impactó a alta velocidad en una vivienda en la carretera a México. Ahora esperan que el pago de los daños no se convierta en un imposible.
Ameyalli, Sergio y Fidel son tres de las personas que hoy agradecen al destino o la divinidad, el estar con vida e ilesos; Ameyalli vive en la parte superior del edificio de departamentos propiedad de su padre, Sergio Hernández Tristán, pero el martes se quedó en casa de su madre para ir al médico, por lo que no estuvo al momento en que un tráiler se impactó contra el edificio, al parecer, por ir peleando con un autobús de transporte de personal que también quedó a escasos metros del inmueble.
Sergio, hermano de Ameyalli dormía en ocasiones en el cuarto que quedó suspendido sobre el tráiler, con una pared derribada y las ventanas colgando; todavía hace días había pasado ahí la noche, pero no el martes, de lo contrario, al menos un susto lo habría despertado. Fidel trabaja en una carpintería y ahí mismo duerme, la carga del tráiler salió proyectada por la velocidad y una enorme pieza de fierro destrozó al menos dos paredes a su paso, fue a dar hasta el cuartito donde pernocta y guardan los muebles que fabrican, por alguna razón, él tampoco estuvo ahí la noche del martes.
Don Sergio habita en un predio metros más adelante del edificio, narra que apenas había salido para realizar algunas diligencias en una plaza comercial ubicada sobre la carretera 57, y a los minutos le avisaron que se regresara, pues un tráiler había impactado contra el edificio, el tráfico lo hizo tardar casi una hora y al llegar al lugar los cuerpos de emergencia ya realizaban labores para sacar del camión a sus tripulantes, “tengo entendido que son cuatro personas: una señora embarazada, un niño, un muchacho que traía el tráiler (conductor), y un señor grande”.
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Aunque el edificio cuenta con 15 departamentos, solamente era habitado por sus dos hijos, en la planta baja tiene dos locales que están rentados por un negocio de grúas y un gimnasio, al momento del accidente solamente había personas en el gimnasio para una clase de crossfit, apenas habían subido al segundo nivel para dar inicio, cuando un fuerte estruendo los sorprendió.
Debido a los daños que causó el tráiler, les prohibieron el ingreso al negocio de grúas, el gimnasio, la carpintería aledaña, el edificio de departamentos, incluso a una carnicería, por lo que varias personas no podrán trabajar por unos días, hasta tener un dictamen de Protección Civil.
En las primeras horas transcurridas después del accidente, comienza la angustia en Don Sergio, ya que la aseguradora del tráiler se negó a pagar los gastos, y lo mismo busca hacer el dueño de la unidad; inclusive denunció que en la carpeta de investigación iniciada por la Fiscalía, notó que habían cambiado el número de placas del camión, cosa que le hizo saber al Ministerio Público, pues esto le causó sospechas.
Mientras tanto, el tráiler sigue incrustado en el inmueble, ya que Protección Civil solicitó que alguien asuma la responsabilidad de la maniobra para retirarlo, lo cual no ha ocurrido por parte de la empresa propietaria del tráiler, y es un gasto que tampoco él puede asumir, además de que no le corresponde, “todo va a costar, simplemente hay que traer plataformas y grúas, y personal para que venga apuntalando la finca cuando retiren la unidad para que no se venga la finca completa, porque la finca en sí, yo creo que se va a tener que demoler”, en todo caso, dentro del acuerdo reparatorio pedirá que la vuelvan a construir.
Don Sergio calcula en alrededor de 7 millones de pesos las pérdidas, mismas que espera asuma la empresa propietaria del tráiler.