- Gracias por dar la vida por sus hijos, dijo el Jerarca Católico
El Arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe, reconoció el gran sacrificio, amor sin límites y entrega generosa e incondicional de tantas Madres de familia que se enfrentan a diversas situaciones adversas y difíciles como Madres que son, pero siempre, en todo lugar y momento, están dispuestas a dar la vida por sus hijos.
“Felicito sinceramente a las Mamás con sumo respeto, cariño y admiración, pero sobre todo con profundo agradecimiento por todo lo que se sacrifican por amor a sus hijos, aunque éstos muchas veces sean ingratos”.
El jerarca católico dijo que no basta darle amor y respeto un sólo día en que se les festeja, sino se les debe rendir honor siempre y darles todos los días el reconocimiento que merecen por la gran labor que realizan al cuidar a sus hijos, por desvelarse y desgastarse por amor a ellos; ellas dan la vida sin pedir nada a cambio, por eso su amor siempre será incondicional.
“La Santísima Virgen María es prototipo de Madre y Mujer, Madre solo hay una, porque Ella es un ejemplo a seguir para todas las Mamás, porque llevó en su vientre purísimo e inmaculado a Jesucristo, nuestro Redentor, y es Dios mismo el que les concede el Don de la maternidad, el cual deben agradecer, pues es una gran bendición ser madre”.
Instó a las Mamás a que no dejen de ver en la Virgen María un prototipo de Madre, un ejemplo a seguir, pues Ella nos demostró hasta dónde debe llegar el amor de una Madre.
Pidió a las progenitoras que velen por el hijo enfermo, extraviado, perdido en los vicios, sumergido en el pecado y alejado de Dios y de su purísima Madre.
“No deben dejar de amar aquel hijo que a pesar de sus graves defectos, errores y malos pasos, no deja de ser carne de su carne y sangre de su sangre”.
Indicó que ofrecerá la Misa con mucho fervor por las mamás vivas y difuntas, de manera especial por aquellas que son madres solteras, viudas, por las que fueron abandonadas por hombres irresponsables e ingratos, por aquellas que las han dejado solas en un asilo, en un hospital en un lugar insalubre e indignante, donde no hay quien vele por ellas en su ancianidad o enfermedad, pues dijo que muchas madres en su vejez son abandonadas por los hijos ingratos u otras viven en prisión no sólo física sino espiritual.
Exhortó a las Mamás: “Dejen que se suscite toda experiencia de amor que viene de Dios, y acudan a Él y a María en sus desconsuelos, penas, dolores, aflicciones, pruebas y ofrezcan al Señor todos los sacrificios que hacen como madres”.
“Bendita la Madre que te trajo al mundo, es un piropo de amor que se decía en la época de Jesús, y ahora te lo decimos a tí Mamá, porque llevaste en tu vientre y diste la oportunidad de nacer a tus hijos, no los abortaste, no los mataste desde el seno maternal, aunque no fuera un hijo esperado, y aunque lo tuvieras en situaciones muy adversas y complejas, tu amor de Madre fue más fuerte que la adversidad”.
“Madre, Sigue siendo luz segura que ilumina; nunca renuncies a iluminar tu hogar con toda generosidad, cariño, amor, entrega, sacrificio, pues los hijos son el gran tesoro que Dios te ha concedido, atrévanse a pedirse perdón madre e hijo y acepta el perdón de tus hijos que incontables veces te han fallado”.
“Hay mamás que mendigan una palabra de afecto, de cariño, aprecio o agradecimiento, y claman porque el hijo les pida perdón, porque la abracen y le den un beso de reconciliación”.
“No vivan sumergidas en el resentimiento, la tristeza o desilusión, venzan las dificultades con su amor maternal. Dios las bendecirá siempre, no están solas. Dios las ha hecho para amar y ser amadas”. Concluyó el jerarca católico.