- Cientos de Sacerdotes y fieles acudieron a darle el último adiós a tan querido Sacerdote
- Minúsculo se tornó el recinto, al grado que muchos no pudieron accesar ante tanta afluencia que fue a despedirlo
Un sentido y emotivo último adiós se le dio al Presbítero Francisco Rocha de los Santos, QEPD, en la Parroquia San José de la colonia Reyitos, donde un gran número de Sacerdotes y fieles se dieron cita para despedir los restos de quien fuera un ser querido para ellos.
A su máxima capacidad lució el recinto, invadido de flores por doquier, pues recibió preciosos arreglos florales y hermosas coronas de flores blancas, el muy querido Sacerdote.
Fue verdaderamente imposible que todos los fieles tuvieran acceso al templo parroquial por lo que muchos fieles optaron por quedarse en las afueras del recinto, debido a que no cabía más gente, pues casi se llenó con la presencia del Presbiterio en pleno.
Fue el Arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe, quien presidió la Misa Exequial, acompañado del Arzobispo Emérito, Monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero.
Fue una despedida verdadera emotiva y consternadora, y más por la homilía que emitió Monseñor Cavazos Arizpe, quien habló sobre sus muchas virtudes, cualidades, dones, carismas que lo hicieron ganarse el corazón de ellos como Pastores de la Iglesia, así como de sus amigos Sacerdotes y de sus amados fieles.
El Padre Francisco Rocha de los Santos ya vive la Pascua de Cristo Resucitado en el Cielo que tiene bien merecido, pues fue siempre amable, educado, sencillo, cordial, amigable, caritativo, nada creído ni egoísta, mucho menos ofensivo o elitista. Nunca menosprecio a nadie.
Su don de gentes, su amabilidad, sencillez, gran bondad y alegría sana le caracterizaron siempre.
Quienes le conocimos verdaderamente debemos darle gracias a Dios por su amistad sincera e incondicional.
En Paz Descanse nuestro hermano Francisco Rocha de los Santos y que disfrute en plenitud la Pascua de Cristo Resucitado a la que nosotros aspiraremos si logramos vencer el pecado y regocijarnos en vivir los Mandamientos de Dios que es todo amor y bondad.
Dijo Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe.