- "Luchenos por una Iglesia restaurada y renovada en Cristo bendito donde no nos impongan ideologías equívocas que van contra la dignidad del ser humano y contra el Evangelio de Jesucristo", dijo el jerarca católico
Con profundo y evidente júbilo espiritual se celebró el "Día de la Vida Consagrada" en el auditorio "Ignacio Montes de Oca", anexo a la Casa de Acción Católica, donde el arzobispo de San Luis Potosí, monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe presidió una solemne Eucaristía en la que estuvieron presentes las diversas congregaciones religiosas, tanto femeninas como masculinas de todo el estado de San Luis Potosí.
El católico felicitó religiosas y religiosos por tomar la mejor decisión de su vida y haberse consagrado a Cristo para servir a su iglesia durante toda su vida, en cuerpo y alma a través de su vocación y sus carismas, lo que los hace ser completamente felices en plenitud, ya que no hay mayor gozo espiritual que ser elegidos por el Señor para amarle sin reservas, sirviendo fielmente a su Iglesia.
El máximo líder espiritual de los potosinos, los exhortó a seguir siendo esa sal que nos ha purificado desde el momento de nuestro bautismo, y que le da un "buen sabor" a lo que pueda acontecernos, como le pasó a los mártires, (tal es el caso de San Felipe de Jesús, Protomártir mexicano), que en momentos de dolor, sufrimiento, enfermedad y adversidad, fueron sal y luz en un mundo que a veces parece derrotado por la violencia, la indiferencia, la división, las injusticias, el egoísmo y los intereses políticos".
"Es muy triste ver que la violencia y la corrupción afecta al país, de tal forma que para algunos es mucho más fácil confiar más en la mal conceptualizada "santa muerte" o en un cártel que en Dios".
"Por eso qué bonito es sabernos confiados en Dios y hacer algo que nos impulse, que nos renueve, nos motive, para ser sal y luz del mundo sirviéndole a Dios a través de los diversos carismas, cualidades, dones, virtudes, capacidad intelectual, potencial espiritual, que tiene cada congregación religiosa a la que ustedes pertenecen".
"Necesitamos en lo individual y en lo social, tener una visión más amplia de la vida para responder a ese "llamado" a ser luz y sal del mundo". "Demos gracias a Dios por la gran confianza que nos tuvo para elegirnos, pues "muchos son los llamados pero muy pocos, realmente muy pocos, somos los elegidos" cómo los apóstoles de Jesucristo. Él mismo lo dice en su Evangelio.
"En un mundo portentoso, seamos la inspiración, la fuerza, la luz del hombre en la actualidad, que a veces parece muy obscura y adversa, pero el mal nunca podrá vencernos".
"Que nuestros carismas sean proyectados y manifestados en la fe y en el amor. Hay que crear lazos para edificar una Iglesia renovada en Cristo bendito, seamos la luz del Señor y la sal del mundo como Cristo nos lo pide, y hay que decirle al mundo político, empresarial, incluso a los ateos, a los alejados de Dios, que valoren la grandeza del ser humano y no nos impongan ideologías equívocas que van contra la dignidad del ser humano y contra la voluntad de Dios Santísimo".
"Que así suceda en nuestras vidas, con nuevos bríos evangelizadores, con acciones nuevas, renovadas en el amor, no en la división y el egoísmo, hay que ser portadores del Evangelio en las diversas realidades de nuestra arquidiócesis, del estado, del país y del mundo".
"Pidamos fervientemente a Dios que nos libre y proteja de las corrupciones diversas. Que nos ayude a seguir disfrutando de la vida Consagrada, con esa luz y esa sal que todos debemos ser para el mundo".