Los casos de personas que requieren un trasplante renal “podrían haberse incrementado de forma importante en los últimos dos años, debido a la escasez de tratamientos y actividad de los programas institucionales de trasplantes de órganos”, reconoció Isabel Sada Ovalle, coordinadora del Laboratorio de Histocompatibilidad del Centro de Investigación en Ciencias de la Salud y Biomedicina (CICSaB) de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, (UASLP).
Según estadísticas que ofrece el Centro Nacional de Trasplantes se estima que en la actualidad hay 20 mil 268 personas a nivel nacional en espera de un trasplante de las cuales, 15 mil 627 esperan recibir un riñón. Esta cifra podría incrementarse, derivado de las complicaciones en salud que se han presentado con la pandemia, así como la falta de seguimiento a enfermedades crónicas renales.
Por ello, y siendo San Luis Potosí de los estados que cuentan con infraestructura para este tipo de trasplantes, es de suma importancia que las pruebas de histocompatibilidad sean realizadas por personal experto para la realización e interpretación de las mismas.
En el CICSaB, señaló, se ofrecen entre otras, la prueba cruzada por citotoxicidad, la prueba cruzada por citometría de flujo y el panel reactivo de anticuerpos, clase I y II.
“Las dos primeras pruebas son las que comúnmente solicitan los nefrólogos durante el estudio de los pacientes que son candidatos a trasplante renal; el panel reactivo de anticuerpos, es una prueba que nos permite identificar el grado de compatibilidad que existe entre la pareja receptor/donador para el trasplante”.
La mayor parte de las pruebas que se solicitan actualmente en el CICSaB provienen de pacientes privados, aunque anterior a la pandemia, la mayoría provenían de instituciones públicas como el Hospital Central "Dr. Ignacio Morones Prieto", antes de que fueran puestos en pausa los programas.
En el caso de las donaciones cadavéricas, el Centro Estatal de Trasplantes que es la institución encargada de coordinar la logística que se requiere para la procuración de órganos, junto con las autoridades hospitalarias donde se presenta el deceso de una persona que por ejemplo, haya sufrido algún accidente o presente algún padecimiento neurológico (accidente vascular cerebral), contactan al Laboratorio de Histocompatibilidad para la programación de las pruebas necesarias.
De potenciales donadores y receptores, explicó que la prueba se hace en pareja en una muestra de sangre venosa periférica y lo que se busca en las pruebas es la presencia de anticuerpos que puedan potencialmente reconocer antígenos presentes en el órgano del donador. Estas pruebas permiten definir si se trata de un candidato óptimo o se tiene que buscar a otro donante.
“Este tipo de pruebas son las herramientas óptimas que permiten estudiar debidamente a los pacientes y donadores para así poder alcanzar los mejores resultados al momento de realizar el trasplante renal. Los donadores más adecuados son los familiares directos, como los padres, hijos, y hermanos.
En rangos de edad, es muy variable ya que éstas pueden ir desde los 18 a los 70 años. Hay pacientes que desarrollan enfermedad renal crónica durante la primera infancia y cuyo donador es un adulto (padre o madre) mayor de 60 años, o pacientes de 70 años cuyo donador tiene 18 o 20 años.
Los pacientes generalmente llegan con un donador potencial, aunque algunos llegan con dos o más, por lo que los costos de la prueba se incrementan.