Estudiantes del Municipio de Cedral se manifestaron en las principales calles de la ciudad en busca de un espacio para entrar a la Escuela Normal de ese municipio, Amina Madero Lauterio. Acompañados de sus padres, denunciaron que prevalecen malas prácticas como el influyentismo porque muchos de los aceptados en esta casa de estudios inclusive entraron con materias reprobadas en el nivel de preparatoria.
Marcharon desde el distribuidor vial Benito Juárez de esta capital para hacerse notar ante las autoridades de gobierno del Estado, ya que afirman un subdirector de la Secretaría de Educación de Gobierno del Estado, SEGE, les prometió que sus hijos serían aceptados en la escuela aun y cuando no pasaron su examen de admisión.
“Somos los que no quedamos en el examen de admisión, queremos seguir estudiando, porque es un derecho, no queremos estar trabajando en las huertas bajo una institución, queremos ser profesionales.
De más de 800 alumnos que presentaron examen en la Normal de Cedral, solo fueron aceptados 120 pero cada año hay un profesor de nombre Guillermo Espinosa, quién logra que se acepten otros cien más de los que fueron rechazados, pero este año no ocurrió así.
Los quejosos se plantaron frente a Palacio de Gobierno en busca de un espacio educativo aunque ninguna autoridad salió para escuchar sus peticiones.
“Queremos esta oportunidad, sí hay lugares, no nos importa si tomamos las clases en el piso o afuera, para qué dan tantas fichas sí solo tienen espacio para 120 estudiantes, hoy estamos frente al gobierno para que nos den un lugar, queremos estudiar, somos dedicados”, Diana María Sánchez Charles.
Recientemente les dijeron que no hay espacio educativo pero como padres de familia acompañan a sus hijos en este trajinar a sabiendas de que las adversidades son muchas “hay muchos estudiantes aceptados que no lo merecían porque sabemos que hay algunos que aceptaron pero deben materias en la preparatoria, hijos de maestros, de conocidos, hay palancas, aunque nos dicen que no hay preferencias, sabemos que no es verdad y no se vale”, dijo Adriana Gallegos Robles, madre afectada.