Este 02 de Febrero se festeja a Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, por muchos conocida simplemente como Virgen de San Juan, nuestra Madre Santísima en esta advocación Mariana, es la segunda más afamada en nuestro país, sólo después de su advocación de Nuestra Señora de Guadalupe. De ahí que hoy millones y millones de peregrinos la visiten en su Catedral, Basílica-Santuario.
En México, el Santuario de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos es el segundo más conocido y visitado, --ciertamente-- después de la Basílica de Virgen de Guadalupe.
Sin duda muchos van a acudir a sus plantas para pedirle por la paz del mundo, por la seguridad, por la paz en cada una de nuestras familias, por un empleo digno, por nuestros gobernantes actuales y para que México sea un país donde predomine el amor, la fe y la esperanza, a pesar de las adversidades que pueda vivir cada mexicano.
La historia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, nos señala que la hermosa Virgen fue donada en 1545 por el fraile franciscano Miguel de Bolonia. Con el paso del tiempo la imagen de la virgen fue olvidada y por principios del siglo XVII fue arrumbada en la sacristía de la iglesia del pueblo.
Sin embargo, su primer milagro la hizo famosa. Ocurrió en 1623 cuando una tropa de artistas circenses se detuvo en San Juan para ensayar sus actos circenses de alto riesgo. En un accidente, una niña trapecista cayó sobre una espada afilada y murió. Ana Lucía, una señora consoló a los padres diciéndoles que Cihuapilli, la Gran Señora en lengua náhuatl, le devolvería la vida a la niña. Ana Lucía, entró a la sacristía y regresó con la imagen de la Purísima Concepción para colocarla en el pecho de la niña. La niña comenzó a moverse en pocos segundos.
Los volantineros, en su camino a Guadalajara, llevaron consigo la imagen de la virgen para repararla. Le entregaron la imagen a unos artesanos en Guadalajara y estos la regresaron restaurada al día siguiente con ropa de lujo. Cuando los cisqueros volvieron para pagar el trabajo los artesanos ya no se encontraban. El dicho popular cuenta que los artesanos eran ángeles.
Desde entonces la fama de Nuestra Señora de San Juan se extendió más allá de las fronteras nacionales e incluso internacionales.