Con 10 años de trayectoria en la enseñanza, la maestra Saraí de Los Ángeles Gaytán Morales ha destacado por su nivel de compromiso no sólo frente a grupo sino por la capacidad de integrar a padres de familia en la enseñanza y la vida académica.
Desde que estaba en el nivel de preparatoria decidió por vocación y convicción convertirse en profesora, sus padres y familiares quienes también pertenecen al magisterio potosino la impregnaron del amor a la enseñanza y hoy con orgullo menciona que no solamente es maestra de grupo sino directora en una institución educativa.
Su rutina comienza muy temprano y termina en las noches ya que por las mañanas es directora de una escuela ubicada en la colonia Cactus Juan Díaz Sifuentes y por las tardes enseña a estudiantes de quinto de primaria en la escuela Melchor Ocampo.
Estudió en la Benemérita y Centenaria Normal del Estado (BECENE). Desde la preparatoria se dio cuenta que quería ser maestra ya que disfrutaba de enseñar a sus compañeros cuando éstos se encontraban con bajas calificaciones, incluso hacía exámenes para los maestros.
Mi papá y mi familia son maestras, me apasiona mucho estar frente a grupo y comunicarlo a las personas, era muy estudiosa desde que estaba en la prepa, a esa edad supe que mi pasión era la docencia, y recuerdo que mi primera práctica fue con niños de tercer grado
Tiene 33 años y lleva 10 años en la enseñanza federal y cinco en el estatal, los últimos trabajados como maestra grupo, pero también como directora de promoción.
“Hice mi examen de permanencia y salí destacada con más del 35 por ciento, cuando estuve frente al grupo federal tuve muy buena puntuación en la prueba enlace para entrar a carrera magisterial y además soy administradora estatal del SINADEP, ofrezco cursos a maestros y profesores sobre temas diversos de la Reforma Educativa".
Una de las anécdotas que recuerdan al estar frente a grupo es que uno de sus primeros grupos de tercer grado con alto grado de marginación no sabía leer ni escribir y tuvo que aplicarse para que en ese ciclo escolar se pusieron a trabajar.
“Fue muy satisfactorio, los niños debían salir con su lecto-escritura de 100 puntos y tuvimos el agradecimiento de los padres de familia porque salieron bien".
Ella es reconocida por el enfoque humanista que les da a sus clases, juega con sus alumnos en el receso y no ve a los niños como estudiantes, sino que trata de conocerlos para saber sobre sus verdaderas necesidades. Utiliza materiales didácticos, pero además pide a sus estudiantes que hagan lo mismo y que utilicen el mayor número de recursos para que puedan aprender mejor.
También soy muy estricta y responsable porque me gusta estar siempre en los primeros lugares, por eso trabajo con los padres de familia, mis niños salen destacados en la evaluación enlace
Está consciente que ha cambiado la visión hacia el sector magisterial, luego de que los maestros los sacerdotes y los médicos eran figuras muy bien vistas, ahora ha cambiado la percepción debido a que los padres de familia apoyan menos a los maestros y por ello ya no se dan los resultados que se daban antes.
"Muchos padres de familia ven a la escuela como una guardería, y al verlo así los niños no toman el mismo interés que antes y por ello ha cambiado la perspectiva, pero desde mi punto de vista de trabajo yo le dicho a niños y padres de familia que si no apoyan en la educación sus niños no saldrán adelante, trató de involucrar a todos para que colaboren en el esfuerzo académico".
Se dice orgullosa, los diez años de experiencia que tiene frente a grupo le han dejado grandes recompensas como ver algunas de sus alumnas a nivel universidad quienes agradecen su ejemplo.
"Cuando yo las agarre en sexto año siempre las motivé a seguir estudiando, ahora algunas se preparan para arquitectura, docencia, educación física, eso me enorgullece".
A la par ha dejado enseñanza inclusive a los propios maestros, a quiénes actualmente instruye en algún tipo de curso especial.
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