Por el hecho de ser mujer piensan que no podemos hacer otras cosas, recrimina Sarahí González, oficial de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana capitalina.
También lamenta la visión equivocada que muchos tienen de los elementos policiacos.
“Es una carrera que nos impulsa y nos da la oportunidad de brindarle apoyo y seguridad a los ciudadanos”, afirma.
“Todos tenemos una perspectiva hasta que estamos dentro sabemos con exactitud lo que vivimos (como policías), primero es lograr estar aquí, es muy difícil, pero si lo sentimos y lo logramos… luego pasamos por diferentes situaciones”, dijo.
Reconoce que en algún momento hay compañeros que intentan sobreprotegerla, pero ya en la acción se dan cuenta que el ser mujer no la hace diferente a los hombres.
“Disfruto este trabajo”, contesta la oficial Sarahí cuando se le pregunta si no se arrepiente de haber escogido la carrera policial. “Me gusta servir a las personas", agrega.
Quizá esa necesidad de servir a las personas la heredó de su padre; sin embargo, reconoce que tanto él y su madre la apoyan y están orgullosos de ella.
“Los dos me apoyan, están orgullosos, me apoyan al cien por ciento…”, expresa, y entonces habla de sus hijos, de 6 y 2 años y recordó las dificultades para estar con ellos, desde que inició la academia para su formación como policía.
Sin embargo, insiste en que no hay arrepentimiento y disfruta hacer su trabajo, recorrer el Paseo Esmeralda día a día, las plazas del Centro Histórico y auxiliar a la ciudadanía cada que lo requiera.