La crisis económica que desató la presente pandemia, ocasionó que en muchos hogares se disminuyeran sus ingresos económicos, por ende, en las familias más empobrecidas se profundizaron las carencias.
Muchos jefes de familia como el señor Salomón “El del carrito de las paletas”, como le conocen, se quedaron sin un ingreso fijo; este carismático abuelito, comerciante de productos fríos vio colapsada su economía y ahora clama por ayuda para poder subsistir y llevar un plato de comida a casa.
Este adulto mayor de 74 años de edad, transita con su carrito de mercancía por Av. Benito Juárez, Papagayos, Periférico, hasta subir a Villa Magna, pese a las inclemencias del tiempo, esperando que en algún lugar cercano pueda realizar alguna venta que le permita subsistir un día más.
Lily Montañez, residente de la zona que visita el buen Salomón, donde a diario y sin falta se pone a vender sus ricas paletas, menciona que este humilde paletero necesita ayuda para poder llevar un ingreso fijo a su hogar, pues a su edad continúa ayudando a las y los integrantes de su familia y a su nieto Juanito, que padece una discapacidad motriz.
“Don Salomón vive por la Rural Atlas. Él empieza su día vendiendo periódicos a las siete de la mañana y termina a las 09:30. Después va por su carrito de paletas, para caminar hasta Villa Magna y finaliza su jornada de trabajo entre 18:30 ó 19:00 horas si la venta es muy poca”.
“El carrito de paletas que utiliza no es rentado se lo presta el dueño de la paletería y le otorga el 50% de la venta. También vende cigarros sueltos, cacahuates, semillas y chicles. Tiene un nieto de 7 años con Parálisis cerebral. Lamentablemente don Salomón tiene afectada la vista y un oído, lo que le ha obligado a acudir a instituciones públicas a solicitar soporte médico, pero no han podido curarlo”.
“También tiene un problema grave en su dentadura el cual no le permite comer carne, manzanas y atún. Afortunadamente ya hemos podido conseguir que en un centro dental se le apoye y reciba tratamiento”, menciona Lily, quien al conocer la historia de don Salomón ha buscado la ayuda pertinente para poder apoyarlo.
Por otro lado Don Salomón refiere que actualmente vive en un pequeño cuarto que renta, donde le cobran 700 mensuales. No tiene estufa, ni gas para preparar alimentos, tampoco tiene refrigerador. Cuenta con lo básico, como una cama, cobijas y un pequeño radio. Al mes puede llegar a tener un ingreso de no más de 1500 pesos, con el que apenas si sobrevive.
Don Salomón pide a los vecinos de la zona, o bien a quien se toque su corazón, que le compren sus ricas paletas para continuar teniendo una entrada de dinero. Lily Montañez por su parte, solicita que le ayuden - a su ahora amigo-, con donaciones.
“Él recibe el apoyo con mucho gusto y entregamos evidencia de todo. Necesita pañales para su nieto Juanito, fruta, o comida preparada como arroz, papitas guisadas, frijoles, calabacitas o cualquier verdura que ya se encuentre cosida para que no batalle al masticarla. También le sería de mucha ayuda que le regalaran jugos y leche en tetra pack porque no tiene refri”.
“Don Salomón es un hombre muy trabajador. Él todos los días sale a vender empujando su carrito de paletas de hielo, bolis y nieve. Camina a diario muchos kilómetros para poder realizar su venta, sin importar la presencia del sol, lluvia o frío. Por favor si lo llegan a ver por esos rumbos apóyenlo comprando sus productos”.
Lily Montañez y don Salomón, son el ejemplo vivo de lo poderoso que pueden resultar las cadenas de favores y de solidaridad, y cómo una amistad puede nacer en medio de la adversidad. Hoy Lily pide el apoyo de toda una sociedad para poder sacar adelante a este ancianito que día con día lucha por salir avante de la marginación que le adolece; ella es el fiel ejemplo de que ayudar en tiempos de crisis se puede, si se quiere.