Ropa escolar, una historia diferente; pegó a 110 empresas

A unas semanas de iniciar el ciclo escolar a, las inscripciones y reinscripciones para niños de educación básica a distancia y en línea en la cuarta semana del mes de agosto; comerciantes de uniformes escolares de la entidad se dicen preocupados por la escasa y casi nula venta que han reflejado sus negocios en esta temporada.

Y es que al encontrarse el país en el transcurso más álgido de la Pandemia por Covid 19, toda educación básica y de media superior, iniciarán el ciclo escolar en internet, radio y televisión, lo que posiblemente no requiera que padres de familia adquieran uniformes para vestir a los escolares.

En agosto del 2019, los padres de familia llegaron a gastar en uniformes, incluido zapato formal y deportivo, unos 2800 pesos donde más del 53 por ciento, eran ganancias destinadas a los comerciantes locales que se dedican a confeccionar ropa escolar.

Hoy la historia se torna diferente. En todo el estado de San Luis Potosí existen un total 279 empresas registradas que se dedican a la confección de uniformes, de éstas más de 110 están encaminadas a la elaboración de ropa escolar según lo indicado por el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE).

En la Capital hay un total de 39 establecimientos de venta de uniformes escolares que se abastecen de al menos 40% de las maquiladoras que se dedican al área escolar, los cuales han tenido que cerrar sus puertas al no ser considerados negocios esenciales.

Esteban Gómez, de 61 años de edad, es uno de los tantos locatarios del centro de la capital que han tenido considerables pérdidas en la venta de uniformes escolares desde que inició la pandemia por coronavirus.

“Es difícil no percibir la entrada económica que nos permitía cubrir los gastos diarios del negocio y nuestro hogar. Yo soy adulto mayor, al igual que mi esposa, y con la entrada monetaria que recibimos por la venta de uniformes o aditamentos escolares, nos manteníamos y costéabamos hasta medicamentos, hoy nuestros hijos nos mantienen”.

“Se puede decir que la venta ha ido en declive más de un 80%. No somos considerados un negocio esencial para el Ayuntamiento Municipal, así que no podemos mantener abierto nuestro local”

“Y por muchas ganas que tuviéramos de abrir, son grandes las limitantes que se interponen, la primera que somos población de riesgo y la segunda es que la venta de ropa escolar no será primordial por lo menos hasta que finalice esta año 2020”.

Además Don Esteban agregó que a comparación del año pasado, el cambio es notoriamente drástico. “Hace un año por estas fechas, no nos dábamos abasto con los pedidos de escuelas tanto públicas como privadas. Para quienes nos dedicamos a esto, sabemos que a unas semanas antes de iniciar cualquier ciclo escolar, gran cantidad de personas se dan cita en este tipo de negocios”.

“Los padres son precavidos y hasta llegaban a comprar el doble de uniformes. Ahora no nos acercamos a vender ni el 20 por ciento. Hemos implementado otras maneras de venta como el uso de las redes sociales, y metiendo otro tipo de mercancía, que de apoco nos ayuda como la venta de cubrebocas y uniformes médicos, pero es poco lo que se gana”.

Este comerciante de uniformes además señaló que en 2019, vendió un aproximado de mil 250 uniformes y más de dos mil 500 accesorios escolares, que incluyen pares de medias, tobimedias, mallones, playeras de algodón, licras y batas de laboratorio. Donde en el transcurso de un año escolar, un alumno puede llegar a suplir mínimo la mitad de ellos, por costuras, roturas y cambios de talla.

“Los precios también han bajado de manera considerable, pues al no existir demanda las ofertas y las rebajas están a la orden del día. También sé que la producción en las maquilas del estado, se han reducido, esta pandemia nos pegó por todos los lados”.

Por último don Esteban quien también es sastre y que se ha dedicado a la venta de uniformes por más de 30 años en la zona comercial del Centro Histórico, expresó con cierto dejo de melancolía que “este regreso a clases ciertamente será algo diferente, sin uniformes, sin abrazos, sin ver el rostro de los compañeros de clase y profesores.

Sabemos que enfrentamos un tiempo extra-ordinario, no sólo los comerciantes que pertenecen a este rubro, sino también los padres de familia, que difícilmente y con mucho esfuerzo tienen una entrada fija de dinero. Volveremos y el 2020-2021 será un ciclo escolar peculiar, repleto de cambios pero con grandes aprendizajes”.