Está en proceso la sanción a la conducta de un sacerdote que compartió fotografías íntimas a otra persona, informó el vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, Tomás Cruz Perales.
El Vocero del Arzobispado confirmó un caso ocurrido en el municipio de San Nicolás Tolentino, donde se denunció que un sacerdote de nombre Josué, envió fotografías íntimas a otra persona, aunque aclaró que la denuncia señalaba que se trataba de menores de edad, pero se comprobó con “datos fehacientes” que no fue así, también se comprobó que “no fue acoso, pudo haber sido de común acuerdo”.
Señaló que esto ocurrió bajo los efectos del alcohol, y si bien se trata de una conducta “reprobable” dado que se exhibe y pone en tela de juicio su persona y al sacerdocio, no hay un delito que involucre a menores, y en todo caso, se tendría que recurrir a la Ley Olimpia al tratarse de la difusión de imágenes íntimas.
Indicó que al tener conocimiento de lo ocurrido, el Arzobispo ordenó que fuera retirado de la parroquia de Ocampo y fue enviado a un retiro, además, se encuentra limitado en la celebración de ceremonias religiosas, sólo se permite oficiar una misa por día, y está bajo “custodia” de otros sacerdotes que le darán acompañamiento para evitar que caiga nuevamente en esta conducta.
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Manifestó que corresponde al Arzobispo sancionar esta conducta, y justificó que al igual que el resto de las personas, “los sacerdotes estamos hechos de debilidades”, aunque el ser sacerdotes les genera una mayor responsabilidad moral, ética y profesional.
Aunque se dice que el sacerdote en cuestión ya había ejercido conductas similares en otro municipio, indicó que hasta ahora solamente hay un señalamiento directo que corresponde a lo ocurrido en Ocampo, y que no hay denuncias formales en contra.
Así mismo, Cruz Perales lamentó que en este caso se haya involucrado también a la madre del sacerdote, pues se dice que por ocupar ella un cargo en el Ayuntamiento de Ciudad Fernández, no se sancionó a su hijo, por lo que no descartó que la divulgación del hecho haya tenido la intención de perjudicarla a ella.
En ese sentido, destacó que lo hecho por el sacerdote es una conducta de una persona mayor de edad, de la que su madre no es responsable, por lo que “desde aquí le digo: sosténgase en su trabajo, en la responsabilidad que se le ha confiado y a seguir trabajando”.