Este año, el Banco de Alimentos (BAALI) ha tenido una caída de alrededor de 40% en las aportaciones que solía recibir por parte de las empresas, sumado a una mala situación financiera que ya derivó en un embargo, reconoció Héctor D'Argance Villegas, presidente de la organización.
D'Argance Villegas señaló que al tratarse de una organización social, el BAALI no cuenta con recursos económicos, sino que trabaja a base de donativos, pero este año ha tenido problemas para recibir aportaciones, pues las empresas tampoco pasan por un buen momento después de la pandemia
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Mencionó que por ejemplo, hay empresas que ahora venden los productos que antes donaban al BAALI, por ejemplo una empresa de leche que antes donaba cajas que estaban a una semana de caducar, ahora prefiere sacarlos a la venta a un precio más bajo.
Indicó que este año se ha tenido una caída de alrededor de 40% en las aportaciones, lo que dificulta la labor del BAALI, sin embargo el Consejo de Administración ha hecho un esfuerzo por mantener a los 80 mil beneficiarios permanentes que hay en el padrón, "nos sentimos impotentes por no poder llegar a más gente que está en lista de espera".
Señaló que además, las autoridades tratan a la organización civil como si fuera una empresa al momento de cobrar impuestos, y la mala situación financiera ya derivó en un embargo; reconoció que se tenía un adeudo de 2 millones de pesos con el SAT y de 600 mil pesos con el IMSS, mismos que ha comenzado a solventar el Consejo de Administración.
D'Argance Villegas señaló que con ello, las autoridades no solamente obstruyen la labor de ayuda del BAALI, sino que también afectan a los colaboradores de la organización, misma que cuenta con 60 trabajadores y 80 voluntarios que a cambio de una despensa, apoyan en las labores de clasificación de alimentos y armado de despensas, "llegan y embargan bienes o cuentas como si fuera una empresa, no hay ningún apoyo, sin saber que lo que te quitan es un instrumento para llegar a la sociedad".