Con un pequeño cajón y un par de herramientas, don José Cruz Ávila Camacho inició su historia; “y aquí me ve todavía sentado”… Poco más de 34 años reparando calzado en el Mercado Hidalgo de la Capital potosina, “y no me canso”, dijo en entrevista para el Sol de San Luis.
Con sus manos lastimadas, llenas de grasa y con cortaduras que se provoca con las ajugas, don José Cruz recuerda que hace más de tres décadas que inició su labor, poner una tapa costaba 10 centavos; hoy el precio ronda en los 30 pesos.
Hace aproximadamente cinco años logró adquirir una máquina que le facilita el trabajo; “es una SINGER modelo 60, de esas duraderas, que ya no hay, me la dieron en 8 mil pesos, de oportunidad”, relató mientras le ponía una suela corrida a unos desgastados zapatos rojos.
Padre de 10 hijos, el reparador de calzado, labora de nueve a tres de la tarde, sin días de descanso; “me voy de aquí solo en Navidad y Semana Santa”.
Don José Cruz no se avergüenza de lo que hace y aseguró que no cambiaría nada de su vida porque es el oficio que le dio de comer a su familia, y con el que pudo sacar adelante a la decena de “retoños” que tuvo.
“Empecé con un cajoncito, hacía mis trabajos manualmente, con herramienta y clavos. Es que me pase de tueste, tuve 10 hijos y tenía que darles de comer y no me alcazaba porque trabajaba en una panadería, y por eso me empecé a dedicar a esto y de aquí salieron todos, ahorita ya acabé con ellos”.
Apasionado de la música, también es vocalista en el grupo musical “Tropical Tornado” y las canciones del matamorense Rigo Tovar son sus preferidas. Canta, toca la batería, la guitarra, el güiro y las tumbas; “y además bailo”.
Soy panadero, reparador de calzado de oficio y cantante por amor