Cuando el sector educativo retome las clases de manera presencial, se estima que el flujo vehicular incrementará un 30 por en las horas pico, lo cual impactará a la industria porque se combinarán la movilidad que se genera en la entrada a las escuelas y empresas, así como en las salidas a medio día; por lo que las plantas productivas tendrán que establecer estrategias para evitar aglomerar las principales vías de comunicación.
En entrevista el presidente de la Unión de Usuarios de la Zona Industrial (UUZI), Ricardo Pérez Castillo, señaló que desde antes de la pandemia, tenían identificado que las horas más complicadas para trasladarse hacia la Zona Industrial es de 07:00 a 08:00 de la mañana, que es la hora de entrada de las escuelas y de muchas plantas, así como de 02:00 a 03:00 de la tarde, que es la hora de salida de los estudiantes y también de algunos administrativos de las empresas.
Comentó que de las pocas cosas buenas que ha traído la pandemia, es la baja en el número de automóviles que circulan por la ciudad, pues las escuelas permanecen cerradas, muchas personas siguen de home office y hay quienes sólo salen de casa para actividades esenciales.
No obstante, una vez que se reactiven las clases presenciales en las distintas instituciones educativas, se prevé que el flujo vehicular sobre la Carretera 57 pueda incrementar nuevamente entre un 25 y 30 por ciento, en las horas anteriormente señaladas, y esto lógicamente repercute en otras calles y avenidas principales como Salvador Nava.
“Obviamente el regreso a clases nos va a impactar obligatoriamente, pero la idea es regresar al punto donde estábamos y buscar alternativas. Conforme vayamos sintiendo el tráfico vamos a tener que ir haciendo adecuaciones en un programa que ha funcionado muy bien, que son las entradas secuenciadas, en ciertas zonas sugerirles a las empresas que de preferencia la entrada sea un poco más temprano o un poco más tarde, a fin de evitar concentraciones de flujo de tráfico mayores a la infraestructura”, explicó.
Sin embargo, consideró que a la par las escuelas también deberían implementar estrategias para evitar aglomeraciones de vehículos en los alrededores de sus instalaciones. Por ejemplo, se puede fomentar entre los padres de familia el compartir vehículo, es decir, se forman grupitos de papás que son conocidos, de confianza y que viven cerca, y se establece un esquema en el que cada día de la semana le toque alguien diferente llevar y recoger a los niños de las escuela, esto permitirá también reducir el número de vehículos que circulan alrededor de las instituciones educativas.