“Mi hijo se quemó el pie y debido a las heridas había el riesgo de que se lo amputaran, le pedí a San Juditas y me hizo el milagro”, narró Silvia Méndez, una ama de casa potosina que colocó un pequeño puesto de tortas, café y pan con un cartelón donde se leía “Se regalan tortas” en las afueras del Hospital Central cumpliendo una manda a San Judas Tadeo por haberle salvado a su hijo.
“Es un acto de amor, yo sé lo que se siente estar en el hospital cuidando a un familiar enfermo, sé lo que es no traer dinero para siquiera desayunar, son horas de desvelo, momentos de preocupación, por eso cuando estaba más grave la situación con mi hijo le prometí a San Judas Tadeo que en su día regalaría comida a familiares de pacientes enfermos”.
Y no es para menos, en tiempo de crisis económica, regalar comida es un acto supremo de generosidad. Obsequió 500 tortas, 100 piezas de pan dulce y 20 litros de café.
Una señora con bebé en brazos y una niña de aproximadamente 9 años de edad se aproximó al puesto y pidió su torta, su café y su pan; “se agradece mucho el presente porque a veces uno no trae dinero para comer, de verdad se agradece”.
Son las historias que inspira San Judas Tadeo en su celebración, un santo milagroso que une al pueblo potosino.
Leer más El Sol de San Luis