“La ley laboral seguirá siendo un gran negocio para abogados”, criticó Alberto Narváez Arochi, presidente de la asociación Nuestro Centro.
Luego de que se aprobó en la Cámara de Diputados la reforma laboral, y el Senado hizo lo propio en comisiones, el presidente de la asociación Nuestro Centro señaló que esto da muestra del “sometimiento de toda la clase política, toda, a los intereses de los Estados Unidos de Norteamérica, y a sus sindicatos”.
Reconoció que la reforma laboral ayudará a abrir y cambiar el sindicalismo en México, ya que los obligará a ser más democráticos, sin embargo manifestó que se perdió una oportunidad para apoyar a las pequeñas y medianas empresas que se ven exterminadas por las demandas laborales.
Lo anterior porque explicó, cuando el trabajador presenta una demanda ante la autoridad laboral, la carga de prueba recae sobre el patrón, mientras que los abogados utilizan los mil 200 artículos de la Ley Federal del Trabajo para "sacarle toda la sangre posible a la empresa”.
Al respecto señaló que el 20% de las pequeñas y medianas empresas van a la quiebra y se ven obligadas al cierre debido a laudos laborales, “la ley seguirá siendo un gran negocio para los abogados”, además de que el trabajador podrá seguir mintiendo a la autoridad y aunque se demuestre que emitió falsedades, no hay castigo.
De esta manera, indicó que las pequeñas y medianas empresas “seguirán lidiando con un andamiaje jurídico totalmente a modo para lastimar, incluso aniquilar, a estas empresas pequeñas”.
Narváez Arochi manifestó que esta reforma sólo protege la productividad de las grandes empresas “que tienen la posibilidad de tener buenos abogados para estructurar contratos de trabajo y la posibilidad de tener sindicatos abiertos con plena y trasparente relación con la empresa”, mientras que las cosas siguen igual para las pequeñas empresas.
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