"¿Quién no ha sufrido los estragos de la pandemia?, ¿Quién no ha perdido a un ser querido, familiar, compañero de trabajo o un conocido en este tiempo adverso de enfermedad y de tantas necesidades?. Las pruebas son muchas y es precisamente que por eso, todos y cada y uno de nosotros, debemos estar unidos y mantenernos fuertes para trabajar en pro de nuestro lastimado México, de nuestro amado Estado potosino”.
“Estamos llamados a trabajar con ahínco por amor a nuestra Patria, para enfrentar los grandes retos que nos aquejan, para recuperar la salud de nuestra gente, de nuestros familiares que han sufrido los estragos de la pandemia que ya debe frenarse”.
Así lo señaló el Arzobispo de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero Romero, quien presidió la Fiesta Patronal en la Parroquia de Santiago Apóstol donde lo acompañó a concelebrar el Párroco Rubén López Escobedo y los Vicarios Parroquiales Braulio Álvarez Torres y Francisco Ortiz Ríos, entre otros sacerdotes invitados que se unieron a la festividad que vivieron los fieles con un espíritu lleno de jubiloso y fervoroso.
Monseñor Cabrero Romero exhortó a los fieles a pedirle a Santiago Apóstol su intercesión para vivir en amistad constante con Jesús y ser perseverantes en la oración, alimentados del Cuerpo y la Sangre de Cristo bendito, para actuar con amor, justicia social, honestidad, entrega generosa a Dios y a los demás, llevando paz a quienes carecen de ella y ejerciendo la caridad con los más marginados y necesitados, con los que menos tienen y muchas veces olvidamos a su suerte, sobre todo a los enfermos pobres.
“Pidamos a Dios nos impuse a trabajar con entrega generosa como lo hizo el primer Apóstol Mártir, que dio su vida por Cristo, su gran amigo. Revitalicemos nuestra fe, para ser mejores seres humanos, mejores hermanos, y mejores ciudadanos comprometidos con nuestros entorno y nuestra comunidad”.
“Que Santiago Apóstol abogue por San Luis Potosí e interceda por cada uno de nosotros, para que perdone los pecados que hayamos cometido y nos ayude a recomenzar una vida nueva fundamentada en el Evangelio, en el que nuestro único y auténtico amor sea Cristo Jesús”.