El mausoleo de mármol con la leyenda de “Democracia y Libertad”, poco común en una lápida, quedó flamante justo antes de las nueve de la mañana, listo para la conmemoración del 31 aniversario luctuoso de Salvador Nava Martínez.
Temprano, este jueves, al Panteón del Saucito arribaron apenas unas veinte personas, ninguno de los hijos del líder o más familiares, únicamente el exalcalde capitalino, Xavier Nava Palacios.
A las nueve de la mañana, hora anunciada para el evento, apenas se encontraban dos personas, exfuncionarios municipales del trienio 2007-2009; 20 minutos después llegó su nieto Nava Palacios, se realizó una oración e iniciaron los discursos, que confluyeron todos en que: “la lucha navista sigue”, al menos para la veintena ahí presente.
Alegóricamente un orador aseguró que Salvador Nava no estaba ahí enterrado, sino que “está sembrado y aquí está la semilla que durará por muchas generaciones”, a lo que Xavier Nava en su discurso añadió que no bastaba con que la semilla estuviera ahí sino que “falta fertilizarla” advirtió.
A 31 años de su muerte, para recordar la trayectoria y legado del doctor se llevaron a cabo dos homenajes, uno temprano en el cementerio y el segundo a los pies de la estatua en su honor, en la nombrada “Plaza de la Democracia”.
Ahí llegaron una treintena más de personas que, con el sol a plomo, se saludaban efusivamente alegando que tenían mucho tiempo sin verse, todas y todos tenían anécdotas de ese entonces, eran quienes acompañaron a Salvador Nava Martínez en sus dos movimientos de lucha; la vieja guardia se hizo presente, pues prácticamente todos rondaban, o rebasaban, los 70 años de edad.
Sin manifestaciones de rechazo, como en otros años, se colocaron las ofrendas de rigor y se dio la palabra a Nava Palacios, quien recordó que apenas hace unos días “Conchita” se reunió con el doctor, “y seguramente estarán sonriendo, pero también preocupados por San Luis”.
Tras un minuto de aplausos se habló de la lucha y de la distinguida trayectoria política de Nava Martínez, como representantes ciudadanos, dijeron, “siempre tratamos de seguir su ejemplo y sus ideales, como cada año venimos a refrendar en este pequeño homenaje nuestro compromiso con la lucha por la democracia”.
El homenaje se extendió hacia la persona de Jesús Acosta Montaño, quien tiene una placa de piedra en su honor como “Mártir de la Democracia y Defensor de los Indígenas”, en la que se le pidió a Nava Palacios depositar una ofrenda floral, “¿dónde está?” dijo desconcertado, a pesar de que el pequeño monumento tiene ahí doce años.
Sin novedad y sin mayor trascendencia el evento culminó con el grito de “Nava vive, la lucha sigue”, de ahí todas y todos a seguir con sus vidas, sus asuntos y sus empresas.