En San Luis Potosí hay al menos cuatro casos de abuso sexual contra menores de edad, cometidos por sacerdotes, que están siendo analizados en Roma para dar continuidad a los juicios legales correspondientes. Informó lo anterior al Arzobispo de la Arquidiócesis Potosina, Jesús Carlos Cabrero Romero, quien indicó que los involucrados permanecen dentro del estado, pero les fueron retiradas sus licencias, por lo que ya no pueden ejercer su ministerio sacerdotal.
Detalló que de momento estos son los únicos casos que se han presentando con denuncias formales ante la Fiscalía General, que ya fueron investigados y se comprobó su veracidad, por lo que están esperando a que sean ratificados por el Vaticano; no obstante aclaró que si salieran a la luz más casos, la Iglesia se mantendrá transparente y firme para que se aplique la ley como de debe ser contra quienes cometan abusos.
“Sí tenemos casos que se están resolviendo en Roma, son recientes, ya que las denuncias se presentaron en lo que va de mi gestión. Fueron acusaciones directas por parte de las víctimas y sus familiares, se procede con la investigación, una vez que se comprueba y se da inicio al juicio y se manda a Roma para que se ratifique”, explicó.
Así mismo, indicó que el pasado miércoles se constituyó en San Luis Potosí, por decreto del Obispo, la comisión para atender de manera forma y de fondo los casos que se hayan cometido, y los que pudieran presentar, de abuso contra menores de edad; ésta será presidida por el Padre Gerardo Vaglienty Rivera, y se trabajará en conjunto con un grupo de especialistas, entre psiquiatras, psicólogos y trabajadores, que darán acompañamiento a las víctimas, y de igual forma los acusados recibirán atención médica profesional.
“Son unas 12 personas en esta comisión que atenderá a los niños, niñas y adolescentes afectados especialmente por los eclesiásticos, no sólo por sacerdotes sino también por aquellos que cooperan en las tareas de la iglesia, como sacristanes o personas de los diferentes movimientos apostólicos. Se va a ayudar a las víctimas y victimarios, esto también tienen que ser atendidos porque esto no es normal esta deficiencia psicológica, se hace una enfermedad que debe ser atendida”, expresó.
Finalmente, destacó que la Iglesia está luchando por ser cada vez más transparente, reconociendo estos casos, que son una lamentable realidad, pues “este mal afecta muchísimo la credibilidad de la Iglesia y de sus ministros”.