“Quiero ser doctora y lo lograré”: dice Azucena, una niña de origen Náhuatl

A sus doce años, grita orgullosa su origen indígena y exige al gobierno medicinas para que los abuelitos no se mueran y también, preservar la lengua originaria

Raymundo Rocha

  · jueves 27 de junio de 2019

Azucena, vino al Parlamento de las Niñas y los Niños al Congreso del Estado, avalada por un promedio arriba de 9.0

Menudita, con su abundante cabello negro peinado con trencitas sujetas con moños artesanales, sus ojos rasgados, su piel con las huellas de las largas caminatas bajo el sol, una sonrisa que transmite esperanza y su uniforme escolar portado con orgullo, Azucena Antonio Antonio de 12 años de edad dice segura: “seré doctora”.

En su comunidad, a varios kilómetros de la cabecera municipal de Tamazunchale en la huasteca sur, pegada al estado de Hidalgo, “los abuelitos se mueren por falta de medicamentos, no hay hospital cerca ni doctores, eso no es justo, no merecemos ser olvidados por las autoridades, por eso quiero estudiar y ayudar a que las cosas cambien”.

Vino al Parlamento de las Niñas y los Niños al Congreso del Estado, avalada por un promedio arriba de 9.0; estudia en la Primaria Bilingüe Benito Juárez y repite las palabras de Einstein: Todos somos genios, pero si juzgan a un pez por su capacidad de escalar árboles, vivirá su vida creyendo que es inútil. “Nosotros los niños, sólo queremos oportunidades”.

Se define como una indígena hablante de la lengua Náhuatl y pide que se proteja y reconozca para que no se pierda, porque “mucha gente solo habla español y los abuelitos, que son quienes la enseñan, se mueren porque no pueden atender sus enfermedades; las lenguas tienen que seguir, no se tienen que perder. También la Tének”.

Azucena Antonio pide escuelas con internet porque la educación es un derecho humano básico que permite construir vidas prósperas y exitosas para alcanzar la prosperidad económica y el bienestar social. En su escuela apenas hay luz y agua y hace sus tareas “con los libros y diccionarios que me heredaron mis padres”.

Pero está feliz y satisfecha con su participación y “con esta oportunidad que no todos tienen de venir a hablar al Congreso. Esto me motiva para seguir mi sueño de ser doctora y mientras, en cada oportunidad seguiré pidiendo hospitales, médicos y medicinas, para que mi gente indígena no se muera”.

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