- Es preciso reconocerles a los fieles el profundo fervor con el que representan la Pasión y Muerte de Jesucristo de forma voluntaria y muy entregada
Lo ideal es que aquellos hombres y mujeres de fe que participan fervientemente en la Procesión del Silencio se les den todas las facilidades para que puedan contar con la imagen escultórica y cargarla en hombros y poder así representar la estación del viacrucis y la cofradía a la cual pertenecen y representan. Ojalá se les apoye porque son fieles devotos católicos que se preparan espiritualmente y con ensayos, varios meses antes de participar en la Procesión del Silencio, la cual cumple 70 años.
Lo anterior lo señaló el Arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe, quien indicó: “Desconozco realmente la situación por la que están pasando, no sé en qué condiciones estén, pero lo ideal es que se les apoye y se les presten las imágenes escultóricas de la Pasión del Señor a los participantes, dado que este evento religioso se debe vivir con eminente fervor, silencio, mucho respeto y devoción para conmemorar la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Este magno evento eminentemente religioso no debe perder su esencia y su gran valía en el aspecto espiritual”.
“Pido a Dios que los fieles de cada Parroquia o Templo y de cada Cofradía vean resueltos los problemas de forma pacífica, sabia y prudente, para que todos de verdad, “en profundo silencio”, admiremos, reflexionemos y meditemos cada estación de la Pasión de Jesucristo, por Quien verdaderamente se hace esta magna representación de fe, camino al Calvario de la Cruz”.
“Sin duda alguna, es una hermosa tradición cien por ciento religiosa la Procesión del Silencio que arriba a sus siete décadas, para conmemorar el “Camino de la Cruz” (Viacrucis) que padeció el Redentor del mundo”.
“Pidamos a Dios se resuelvan todo tipo de problemas o malos entendidos y se dialogue con mucha madurez, sumo respeto y sensatez, para se pueda llegar a un sabio acuerdo y se represente dignamente esta Procesión del Silencio, que será el primer año que yo pueda ver y que muchos fieles quieren vivir con profundo fervor esta sublime experiencia religiosa y acto de fe que ojalá nos lleve a orar, a meditar, a reflexionar, a recapacitar y a enderezar nuestros caminos para ser mejores humanos y auténtico cristianos”.