Que ninguna Ley ni ninguna autoridad de ningún nivel de poder atente contra ella; defendámosla hasta con nuestra propia vida
La Familia es la célula de la humanidad, y es tan importante que hasta Dios quiso que Su Hijo Jesucristo tuviera una.
Todos nacimos de un hombre y de una mujer, y quiso Jesús que todos naciéramos de una familia y tuviéramos una, pues en el seno familiar es donde aprendemos nuestros primeros pasos, aprendemos valores humanos, cristianos y espirituales, nos enseñan a amar, a ser educados, respetuosos, y es donde aprendemos a forjarnos como hombres y mujeres de bien, de ahí la importancia de tener una familia y cuidar, proteger y defender la estructura familiar entre un hombre y una mujer
Así lo señaló el Arzobispo de San Luis Potosí, Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero al presidir la Misa solemne para celebrar la Festividad de la Sagrada Familia de Nazareth, conformada por Jesús, María y José.
En su Misa Dominical oficiada en la S.I. Catedral metropolitana potosina, dijo:
"Ojalá que nada ni nadie, ni nuevas leyes equívocas y obsoletas, acaben contra la integridad de nuestras familias potosinas y mexicanas y del mundo entero, porque sin la base de la sociedad y lo más importante que tenemos".
"Nadie debe ni siquiera pensarlo, mucho menos atreverse a destruir, dividir y hacer daño a nuestras Familias, pues nuestros niños, adolescentes, jóvenes e incluso adultos y ancianitos requieren del amor, la ternura y calidez de una familia amorosa que les dé su apoyo, su comprensión y amor incondicional.
"Repito: que nada ni nadie, que ningún magistrado, legislador o presidentes o gobernadores atenten contra la Familia".
"Ya estuvo bueno de lastimarla tanto. Qué necedad de ir en contra de las Leyes de Dios y de Sus Mandamientos, y de querer quitarle la identidad a nuestros niños inocentes que a corta edad no saben ni lo que quieren todavía".
Dolido por lo mucho que se ha lastimado a las familias, dijo el Pastor Católico que todos debemos defenderla, incluso con nuestra propia vida, tan es así que Dios quiso que su Hijo Jesucristo tuviera una.
Así de fácil, así de sencillo. Concluyó su mensaje el Arzobispo.