Las vías ferroviarias que cruzan por la ciudad y que desde hace años terminaron por partirla en dos, obligó a las autoridades a buscar alternativas para crear pasos seguros que conectaran la zona oriente con el centro de la ciudad, el más reciente es el puente "Miguel Valladares".
Edificado en el trienio encabezado por el alcalde Luis García Julián (1995-1997), ese puente se logró gracias a complicadas gestiones con directivos ferroviarios, y permitió un nuevo paso que se sumó al deprimido de Manuel José Othón y al puente elevado de avenida Universidad, en ese entonces las únicas conexiones viales existentes.
El primero de ellos, inaugurado en 1947, y fue ideado en la administración del gobernador Gonzalo N. Santos para acabar con los riesgos de atravesar las vías del ferrocarril que hasta entonces era a pie -había que pasar por entre los vagones- y se hacían las filas de vehículos en ambos lados de la calle, mientras pasaba el convoy. El "paso de la muerte", solían llamarlo.
Tiempo después, por órdenes del entonces mandatario estatal, Antonio Rocha Cordero, quien gobernó de 1967 a 1973, nació el elevado de avenida Universidad, cuya intención fue facilitar el paso tanto de poniente a oriente como viceversa, obstruido por las instalaciones ferroviarias.
Durante la administración del gobernador Carlos Jonguitud Barrios, en la década de los ochenta, se amplió a cuatro carriles; en ese entonces también se pretendió eliminar las escaleras y suplirlas por rampas, pero el proyecto no prosperó.
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Así, de dos carriles pasó a cuatro carriles; luego, durante una administración municipal -en 2011- se redujo a tres, y se construyó la salida o bajada al lado oriente de la alameda "Juan Sarabia", como es ahora.
Sin embargo, esos esfuerzos y el crecimiento de la ciudad hacia la zona oriente con su tráfico de ir y venir, obligó a una nueva alternativa después de no prosperar planteamientos de "sacar" las vías del ferrocarril de la zona urbana, y que de vez en cuando sigue siendo un proyecto que algunos sectores todavía acarician.
Así, nació el puente que conectaba la avenida México con la avenida 20 de Noviembre que, en su momento generó reclamos por la necesidad de tener que expropiar algunas fincas que "estorbaban" el proyecto; al final, no hubo inconformidades.
Socorrido para bloqueos de vecinos de colonias aledañas para llamar la atención de las autoridades para que les resuelvan problemas que les atañen y también escenario de algunos percances viales que inclusive han dañado sus barandales, el puente "Miguel Valladares" inicialmente no se nombraría en honor de ese Presidente Municipal, pero la insistencia del Sindicato de Trabajadores Municipales por honrar a su mecenas, que en su administración fortaleció al gremio con aumentos salariales y otras prebendas, acabó por bautizado así; hoy simplemente es "el puente Valladares".
Sin embargo, ni los daños por accidentes viales en sus ni la basura que se acumula a sus pies y menos la presencia de personas en situación de calle, generalmente indocumentados, le quitan a ese puente que fastuoso se eleva sobre las vías y la zona ferroviaria que sigue ahí, partiendo la ciudad en dos porciones.