Una de las aristas más preocupantes en el tema de las ladrilleras ubicadas en la zona metropolitana de San Luis Potosí, es que realizan una actividad que opera en la clandestinidad.
Para el titular de la Secretaria de Ecología y Gestión Ambiental, Jesús Emmanuel Ramos Hernández, el problema más grande es que utilizan combustibles que no son aptos, “hoy vemos en nuestra ciudad bastante contaminación, cada vez es más frecuente la mala calidad del aire que captamos y reportamos todos los días”.
El funcionario estatal explicó que, en diferentes horarios -a las 8 de la mañana y a las 6 de la tarde- “a través de nuestra aplicación hemos dado a conocer en redes sociales que las circunstancias no han sido del todo favorables”.
Ante ello, argumentó, “hemos llevado a cabo una labor con diferentes dependencias, tanto estatales -como protección civil- como municipales; para tratar de resolver esta problemática que tanto preocupa a la sociedad”.
Aunque omitió dar cifras precisas, aseguró que hasta ahora van “bastantes” ladrilleras clausuradas, hemos hecho mucha labor con los municipios, principalmente San Luis Potosí y Soledad, “incluso en una actividad que tuvimos con el municipio de la capital logramos reunir a los representantes de ladrilleras para poder llegar a un acuerdo”.
Ahí se les ofreció poner a prueba un prototipo, dijo, en el que ya no se fabrique ladrillo sino una alternativa, como podría ser el block, que es mucho menos contaminante, “una opción en la que la gente que trabaja en esos lugares no pierda sus empleos ni su fuente de ingresos, pero que a la vez no perjudiquen tanto al medio ambiente”.
El titular de la SEGAM dio a conocer que recientemente sostuvo una importante reunión, “una comisión intersecretarial para platicar precisamente acerca de los temas de medio ambiente, de la agenda verde, ahí dimos a conocer ante los secretarios y diversas autoridades todas las acciones que ha realizado el gobierno en esta nueva etapa”.
Aseguró que una de las medidas que ha tomado la dependencia a su cargo es “no nada más la revisión de estos lugares, que se consideran fuentes fijas de contaminación, sino también inspeccionar y en su caso clausurar”.
Finalmente, Ramos Hernández resaltó que entre las acciones que se llevan a cabo, “y hacia dónde queremos encaminar las cosas, incluye que los efectos y el daño se reviertan lo más posible y trabajamos arduamente para lograrlo”.