Promover la lactancia materna como base de alimentación para el recién nacido durante los primeros meses de vida, debe ser una de las prioridades de las instituciones de salud, pues se trata de una de las mejores fuentes nutricionales para el recién nacido no solo durante sus primeros meses sino durante sus primeros años de vida.
Un promedio de cuatro mil 500 niñas y niños se tienen en control nutricional menores de seis meses; tres mil 447 reciben lactancia materna todavía, lo que significa un 75.4 por ciento, de niñas y niños con lactancia materna exclusiva, cifra con la que se da cobertura a lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, OMS, que pide se otorgue este alimento al menos durante los primeros seis meses de vida de los pequeños.
Dentro de la Encuesta Nacional de Nutrición se indica que desde los 6 a los 11 meses de nacidos, las cifras están en un 37 por ciento en San Luis Potosí, y si bien con esto se sitúan por encima del promedio nacional, se debe seguir promoviendo la lactancia materna como una política de salud pública.
Por su parte, el Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, cuenta en sus unidades de medicina familiar y hospitales con la implementan y promueven el programa Alojamiento Conjunto, para que la madre pueda permanecer con su bebé y amamantarle desde las primeras horas del nacimiento.
La directora del Hospital General de Zona No. 1 del IMSS en San Luis Potosí, Rossana Martínez Bucio, reiteró la importancia de la lactancia en el cuidado de la salud y prevención de enfermedades en el recién nacido, ya que este tipo de alimentación previene problemas gastrointestinales a temprana edad, le ayuda a la digestión, previene alergias, enfermedades respiratorias, entre otras.
En el caso de las madres que deben encargar a sus bebés para ocuparse de otras actividades fuera del hogar, la doctora recomienda dejar la leche materna necesaria para su alimentación diaria en refrigeración.
Con este cuidado, la madre también obtiene múltiples beneficios para su salud y pronta recuperación, ya que le ayuda a normalizar su peso después del embarazo de forma rápida, así como también disminuye la probabilidad de padecer cáncer de mama y ovario.
El IMSS recomienda utilizar en la menor medida posible biberones, mamilas y chupones para que las niñas y los niños recién nacidos sean alimentados al seno materno, sólo en los casos en que la madre no produce leche o se encuentra en estado delicado de salud o consumo de medicamentos específicos, se apoya con fórmulas lácteas.