En 2017, los productos de la propiedad intelectual se ubicaron en más de 176 millones de pesos a precios corrientes, lo que representó 3.6 por ciento de la inversión total que se registró en México, aunque hace cinco años atrás este fenómeno fue del 5.46 por ciento, es decir, había más dinero por este concepto; en análisis, se destacó la producción literaria.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a través de las Tablas Origen Destino de la Formación Bruta de Capital Fijo, presenta el origen de la formación bruta de capital fijo y las adquisiciones de quienes invirtieron en activos fijos, con la intención de incrementar sus acervos de capital.
Se han realizado esfuerzos para contabilizar los valores monetarios de los productos de la propiedad intelectual, es decir, aquellos que comprenden los resultados de investigación y desarrollo, la exploración y evaluación minera, los programas de informática y bases de datos y los originales para esparcimiento, literarios o artísticos.
A partir de la publicación de 2017, se logró identificar plenamente con datos del Censo Económico, la información de los originales para esparcimiento, literarios o artísticos. En general, la formación bruta de capital fijo se redujo en 2017, con respecto a 2016, al pasar de 22.9 a 22.1 por ciento como porcentaje del PIB a precios corrientes.
Como parte de la Formación Bruta de Capital Fijo, la Propiedad intelectual en 2016 alcanzó un monto de más de 190 millones de pesos a precios corrientes, lo que representó 4.12 por ciento del total de la inversión en activos fijos, mientras que en 2017 fue de más de 176 millones de pesos a precios corrientes, es decir, 3.6 por ciento de esta misma inversión.
La intención de estos resultados es reconocer la función que desempeñan los derechos de propiedad intelectual (patentes, licencias y derechos de autor) en el fomento a la innovación y la creatividad.