- En 1954 se realiza la creación del primer patronato de la Procesión del Silencio, ahora constituido por Tradiciones Potosinas
- Señala José Julián García, que la Marcha Silente cuenta con un total de 32 cofradías, y este año se integra por primera vez la del Templo de Nuestro Señor del Saucito
La Procesión del Silencio, es un evento cultural que ilustra la devoción de una divina y tremenda aventura, en la cual miles de potosinos rememoran y comprenden el calvario de un hombre y su madre; una reinterpretación católica religiosa que le hace recordar a cualquiera que incluso en los momentos de adversidad siempre les podrá reconfortar la voluntad misericordiosa y el amor que humaniza.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL SIGLO XIX Y XX
Hasta el momento, se tienen registros de escritos realizados por Fray Juan Torquemada que datan del siglo XIX, quien señala la existencia de este tipo de procesiones desde el año 1865.
No obstante, desde el año 1815 se documentaron grandes procesiones llevadas a cabo en el estado de San Luis Potosí, las cuales eran denominadas “Del santo entierro”.
En las cuales frailes franciscanos eran acompañados de personas de diferentes clases sociales (en su mayoría personas indígenas) que llevaban en sus hombros la sagrada Imagen del Santo Entierro, una figura religiosa que simboliza el sepulcro de Jesucristo y el dolor que deviene de la muerte de un hijo.
Luis Julián García, saetero de la Procesión del Silencio explicó para El Sol de San Luis que fue precisamente en ese año qué comenzaron las primeras procesiones que recorrían las calles de la ciudad regularmente la noche del Viernes Santo y las cuales salían del Convento de San Francisco hacia el templo de la Compañía de Jesús.
"Se tiene el registro la tradición actual de la procesión del silencio tiene sus orígenes en la época colonial y es durante el periodo de evangelización -principalmente la orden de los franciscanos- que comienzan a utilizar elementos teatrales para llevar la palabra de la religión a un cultura indígena politeísta. Donde las primeras procesiones se realizaron en el año de 1865 y en la cual participaron un total de 20 mil personas, 10 veces más de las que actualmente integran la Procesión del Silencio ”, señaló Julián García.
Estas procesiones fueron nombradas “Pasos de Pasión”, un recorrido que hacia referencia a la historia trágica de la Pasión de Cristo, acompañados de imágenes religiosas y advocaciones marianas. Con el paso del tiempo esta tradición se opaca por el contexto histórico general que atravesó el país, con su proceso de independencia y posteriormente la Revolución Mexicana.
Fue hasta 1953, que por iniciativa de Nicolás García Rodríguez, fraile carmelita, al tener acercamiento con los toreros de la ciudad quienes eran devotos a Nuestra Señora de la Soledad, recurre a la idea de efectuar nuevamente una procesión como la que efectuaban en aquél entonces la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen y su Santo Escapulario de San Angel, de la ermita de San Ángel, ubicada en la ahora Ciudad de México.
Sin embargo, hasta el año de 1954 se realiza la creación del primer patronato de la Procesión del Silencio, ahora constituido por Tradiciones Potosinas y quienes este año celebran 69 años de origen, realizando año con año, durante el Viernes Santo, este acto de luto por la Pasión de Cristo. Una Procesión declarada desde el año 2013 Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de San Luis Potosí.
Un recorrido de este evento cívico-religioso comienza a las ocho de la noche y parte desde el Templo del Carmen. En el cual se realizan 14 estaciones del Vía Crucis que se distribuyen de manera simbólica por las calles del centro histórico, con una duración total de cuatro horas.
COFRADÍAS Y MÁS
Actualmente y según lo referido por José Julián García, la Procesión del Silencio cuenta con un total de 32 cofradías, de las cuales este año se integra por primera vez la perteneciente al Templo de Nuestro Señor del Saucito.
En la época Novohispana, estas cofradías se dividían en una estructura que incluso hoy algunas de ellas las siguen respetando, las cuales incluyen Un Hermano Mayor, presidente de la hermandad, Teniente de Hermano Mayordomos, Conciliares, Priostes, camareros, nazareno, acólito, hermanos de carga y músico de acompañamiento.
“Aproximadamente participan sólo durante el recorrido dos mil participantes. Sin embargo, podemos decir que esta cifra aumenta, pues no se cuenta la participación de quienes organizan y dirigen cada cofradía, ni de quienes elaboran cada vestimenta especial ni sus aditamentos”, mencionó.
Algunas de las cofradías que participan son la de Jesús camino a Getsemaní (Nazarenitos y Macarenitas), Oración en el huerto (Cofradía del Cristo roto), El Prendimiento, de la Parroquia de Cristo Rey, Señor de la columna (Cofradía de San Agustín), Señor de la flagelación (Cofradía del Montecillo), Señor de la coronación de espinas (Cofradía de la humildad), Jesús condenado a muerte (Ecce Homo), Jesús con la cruz a cuestas (Cofradía de la Preciosa sangre), Jesús cae por primera vez (Cofradía de la Preciosa sangre), Jesús encuentras a su Santísima Madre (Cofradía de Santiago Apóstol), El Cirineo ayuda a Jesús (Cofradía de Tlaxcala), La Verónica limpia el rostro divino de Jesús (Cofradía de Tequis y Cofradía de la Pasión, damas hebreas), Jesús y las santas mujeres (Cofradía Guadalupana), Jesús cae por tercera vez (Cofradía de la tercera caída), Nuestro Padre Jesús del silencio y Santa cruz (Cofradía de la Santa cruz), Jesús despojado de sus vestiduras (Cofradía de San José), Jesús crucificado y María al pie de la cruz (Cofradía del Refugio), Jesús muere en la cruz (Cofradía Carmelitana), Jesús bajado de la cruz (Cofradía del Descendimiento), Santo entierro (Cofradía Franciscana, OFM) y Nuestra Señora de la Soledad (Cofradía de la Soledad).
De ellas, una de las más antiguas es la Cofradía de la Santa Cruz y de Nuestro Padre Jesús del Silencio, la cual fue una de las primeras en elaborar su propio estandarte para procesionar en Viernes Santo, elaborado por las hermanas pertenecientes a la Orden de La Cruz, bordado a mano por las religiosas.
Cabe mencionar que, una de las Cofradías que representa al sector trabajador dentro de esta procesión, es la que lleva por nombre Oración del Huerto, antiguamente conocida como la Cofradía del Cristo Roto.
“Esta cofradía fue creada en el año 1966 y está conformada por trabajadores pertenecientes a Ferrocarriles Nacionales de México. Ellos son los que fundan la cofradía, quienes se juntaban cada ocho días para tener pláticas espirituales, en donde el padre Fray Luis Falcón Pizá, integrante del Patronato de la Procesión del Silencio se acerca a este grupo para invitarlos a participar en este evento hasta el año de 1967”, así lo mencionó en entrevista, Jose Luis Dávila, presidente de esta cofradía.
Por otro lado, de este total de cofradías, la más distintiva en atuendo y vestimenta es la perteneciente al Templo de San Agustín, la cual lleva un total de 33 años de creación y participación dentro de esta procesión. Su estandarte inmortaliza la imagen de “El Señor atado a la Columna”, el cual fue bordado por la Orden de religiosas Capuchinas. El atuendo de los cofrades consiste en una túnica y capucha negra, acompañado de una capa blanca con un bordado de La Cruz de Guía. Las damas portan un rebozo blanco, vestimenta y zapatos negros, los cuales simbolizan el luto por la muerte de Cristo.
IMÁGENES RELIGIOSAS
Hasta el momento se tiene conocimiento que dentro del recorrido de la Procesión del Silencio, se incluyen un poco más de 40 imágenes religiosas y sacras. Las cuales pertenecen al patronato, los templos y cofradías que la conforman.
La mayoría de ellas, según lo referido por Julián García, fueron elaboradas por el prolífico artista Rafael Pérez, quien elaboró una gran cantidad de trabajos escultóricos en madera de patol, que fueron y han sido exclusivamente utilizados durante la Procesión del Silencio.
Una de sus obras más representativas, es la escultura religiosa de “El Cristo de la Redención” y fue el último trabajo que este maestro realizó en vida, la cual actualmente pertenece a la Cofradía del Prendimiento.
En este sentido, las imágenes mayormente veneradas y que pertenecen también al recorrido de esta procesión e la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, el Cristo del Santo Entierro, Nuestro Padre Jesús del Silencio y Santa cruz, y la imagen del Señor de la Flagelación.
LA IMPORTANCIA DE LOS PREGONEROS Y SAETEROS.
Para Jacinto Gutiérrez, Presidente del Consejo de Pregoneros de la Procesión del Silencio, el simbolismo que implica ser Saetero y Pregonero dentro de la procesión es el llevar con solemnidad el luto por la muerte de Cristo.
“En la soledad, se encuentra la autenticidad. Por ello tenemos que guardar este estatus, pues en esta soledad nos encontramos dentro de un fenómeno extraordinariamente bello, pues en medio del tumulto exagerado de la Procesión del Silencio, se recorre un desierto personal para entrar en una meditación y diálogo con Nuestro Señor Jesucristo y María Madre”, expuso.
Saetas y Pregones que acompañan el dolor de una madre ante la pérdida de su hijo. Ellos, según lo puntualizado por el señor Jacinto, son la voz del silencio de la procesión.
“Nuestra función es tratar de resumir en breves palabras, la meditación sobre la imagen que vaya procesionando, para que cofrades, costaleros y el público espectador lleven a su mente no el ver la procesión, sino vivirla en un sentido más amplio. Meterse en el sentimiento de la mística de la razón de ser de este evento religioso. Lo que nos convierte en artistas por expresar un sentimiento de manera bella y pública”.
Es preciso destacar que los saeteros relatan a través del canto lo que va sucediendo en la procesión y son los pregoneros, que por medio de la prosa lírica detallan cada historia de las 14 estaciones que se componen dentro de este recorrido religioso.
Hoy día son un total de cinco balcones, en donde participan 15 pregoneros a lo largo de la Procesión del Silencio. Y solo se cuenta con la participación de dos saeteros, una voz femenina y otra masculina.
Jacinto Gutiérrez, lleva realizando este diálogo artístico dentro de la Procesión del Silencio un total de 35 años como pregonero y casi 59 años como cofrade.