San Luis Potosí (OEM-Informex). — La Procesión del Silencio se realiza año con año cada Viernes Santo desde el 16 de abril de 1954 en San Luis Potosí, gracias a la devoción de los toreros potosinos hacia la Virgen de la Soledad. Es el magno evento de la Semana Santa potosina.
En un principio se desfilaron por las coloniales calles de la ciudad Damas de la colonia Española, carmelitas y toreros, quienes llevaban en hombros la imagen de la Virgen de la Soledad (La Dolorosa por su rostro de dolor y lágrimas de sangre). Con el tiempo se fueron integrando elementos de la cultura potosina como el rebozo típico de Santa María del Río, vestimentas mexicanas como las del Charro y Adelita con el fin de hacer de esta representación una tradición mexicana.
En 1961, Fray Fernando Garza formó el Primer Patronato Hispano Potosino con los Taurinos Juan y Lupita Romo, Fermín Rivera, su esposa Angelita, Ignacio Duque Aranda y Nicolás Salas, quienes trabajaron para hacer posible el crecimiento de las cofradías, y el recorrido por el centro de la ciudad.
La Procesión del Silencio es una representación de la Pasión de Cristo, en la que parte del Centro Histórico de San Luis Potosí se llena de silencio y respeto mientras marchan a paso lento los cofrades, nazarenos, damas y penitentes al ritmo de tambores y trompetas que suenan periódicamente, mientras cargan en sus hombros imágenes que pesan toneladas, las cuales representan las diferentes cofradías, cada una con distintos colores, entre vestidos talares y capuchas en negro y oro, blanco y morado, gris y rojo, blanco y azul, amarillo y rojo, vino y oro, negro y morado, marfil y amarillo que sólo muestran los ojos de los penitentes, algunos de ellos marchan descalzos para hacer más grande su penitencia.
Las damas de Luto, Charros y Adelitas, los coloridos rebozos de seda de Santa María del Río, estandartes y faroles, son elementos que hacen de esta representación de duelo, una de las más importantes del mundo después de la de Sevilla, España.
La celebración comienza en punto de las 20:00 horas partiendo del templo del Carmen, iniciando su recorrido por el Centro Histórico de la Ciudad, con una duración aproximada de cuatro horas, en las que únicamente se escuchan los tambores y trompetas de la representación, y una multitud silenciosa de ciudadanos y turistas que son testigos de este evento.
Aproximadamente dos mil personas se dan cita en la participación de esta procesión, entre niños, mujeres, profesionistas, estudiantes y voluntarios, para dar vida a una tradición potosina que en el año 2013 fue declarada Patrimonio Cultural del Estado de San Luis Potosí.
El próximo Viernes Santo se llevará a cabo esta magnífica representación, llena misticismo, una de las más grandes escenificaciones de duelo religioso, una experiencia única que da una perspectiva más del turismo religioso de México.