Es el evento por excelencia de la Semana Santa en San Luis Potosí, la Procesión del Silencio, donde participan alrededor de dos mil personas agrupados en cofradías, en su mayoría fieles católicos, que no reciben ninguna gratificación a pesar de que se ha comercializado la venta de sillas para atestiguar el cortejo que escenifica la muerte de Jesús y el dolor de su madre; María, en su advocación como la Virgen de la Soledad.
"Se ha prostituido el evento", denunció Manuel Antonio González Meade, declamador y artista potosino quien condenó el hecho de que se haya comercializado la venta de sillas sobre el recorrido de dos kilómetros de la Procesión del Silencio.
"Es un insulto que ahora hasta por Ticketmanía se puedan adquirir los boletos para las sillas, cuando los que hemos participado durante muchos años en la Procesión lo hacíamos por fe, por devoción, pero ahora resulta que lucrarán con ese compromiso que llegamos a tener costaleros ew integrantes de las cofradías", señaló.
En el sitio de la empresa Ticketmanía están a la venta las sillas para la Procesión del Silencio con un precio de 150 pesos sobre el trazo de 10 calles: Villerías, Universidad, Vallejo, Galeana, Independencia, Carranza, Madero y los alrededores de la Plaza de Armas. Para ello se dividieron 35 zonas por colores.
Serán más de cinco mil sillas dispuestas, que en su mayoría ya están vendidas, y que suman una cantidad aproximada a 750 mil pesos de ganancia.
"La Procesión del Silencio era una tradición solemne, cultural y religiosa, hoy convertida en un vulgar show de 150 pesos, ¿A dónde va a parar ese dinero? ¿En qué se destinará?" increpó el artista don Manuel Antonio González quien declinó participar en esta edición para no formar parte de la que llamó la nueva Procesión del Dinero.