La activista Érika García Campos fue reconocida por el Ayuntamiento capitalino en el marco del Día Internacional de los Derechos Humano, por su vocación de servir a los más necesitados, niños, niñas y adolescentes.
El Premio Municipal de Derechos Humanos “Eleanor Roosevelt” 2022 fue entregado este jueves en Sesión Solemne de Cabildo por el alcalde capitalino Enrique Francisco Galindo Ceballos.
García Campos es una activista que fundó espacios educativos para menores de edad en condiciones de vulnerabilidad social, económica y cultural, por lo que fue merecedora del Premio Municipal de Derechos Humanos “Eleanor Roosevelt” edición 2022, en conmemoración del 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.
Galindo Ceballos felicitó a Érika a quien exhortó para que continúe en su esfuerzo en una causa tan noble, con apoyo íntegro para que siga adelante en tan honrosa tarea: “Por un lado, el Ayuntamiento lo hace con trabajo desde el Sistema Municipal de Protección a la Niñez, y por otro los regidores focalizan su esfuerzo apuntando también a la protección de nuestras niñas, niños y adolescentes”, añadió el Jefe de Gobierno de la Capital.
Reconoció también la admirable labor de quienes participaron en la terna: Irma Martínez Nieto, y de la Asociación “Amigos Potosinos en Lucha contra el SIDA A.C.”, representada por Andrés Costilla Castro.
La galardonada agradeció al Cabildo de San Luis Potosí la oportunidad de dar a conocer la labor de todo un equipo entregado con mucho compromiso con su comunidad, “no lucramos con las necesidades de las personas, al contrario, estamos promoviendo los derechos humanos”, manifestó.
En el uso de la voz, la regidora presidenta de la comisión de Derechos Humanos y Participación Ciudadana, Elodia Gutiérrez Estrada, relató que García Campos, licenciada en Pedagogía con Maestría en Educación, al momento de realizar sus prácticas profesionales decidió desarrollar una metodología de enseñanza por la educación.
Por ello, inició con la impartición de clases a niñas y niños en condición de precariedad, después creó los campamentos educativos de verano denominados “Grandes genios”, y así fue creciendo la demanda de padres y madres de familia para incorporarlos a “La Escuelita”, como fue bautizada.
Ahí, los alumnos reciben conocimientos en las materias de español, matemáticas, inglés, nutrición, manualidades, actividades culturales, “pero sobre todo los valores de la familia.