Los lectores potosinos son gente muy cariñosa, sostiene el escritor Antonio Malpíca, quien presentó dentro de la edición 44 de la Feria Nacional del Libro de la UASLP, su obra: Al final las Palabras, la cual fue producto de un trabajo arduo de investigación, pues es una novela histórica contada en tres planos de tiempo y que fue publicada por el Fondo de Cultura Económica en la colección denominada: A través del Espejo pues es una novela considerada juvenil y tiene mucha aceptación.
El escritor fue recibido en un Patio de la Autonomía del Edificio Central de la UASLP, que lució repleto de jóvenes estudiantes que son seguidores de su obra, ellos realizaron diversas preguntas al escritor que amablemente respondió uno a uno los cuestionamientos que realizaron los presentes.
Antonio Malpíca aseguro que los reportes de venta indican que este libro tiene buenos parámetros y a través de las ferias de libro se puede observar el número de lectores que siempre están presentes y últimamente se acercan más a la lectura y afortunadamente a sus libros.
Aseguró que cuando él escribe sus historias, no lo hace pensando en un público específico, sobre todo si se trata del público juvenil y del adulto, ya que asegura es casi invisible la brecha entre estos dos grupos de lectores, por lo que dijo, a él le gusta pensar que cada quien debe poner sus propios límites; sin embargo apunta que cuando escribe para el grupo infantil si se tiene que estar recordando a sí mismo que sus historias son para menores, para tratar de no ser muy complicado en los textos.
Finalmente el escritor recomendó a los estudiantes que se dieron cita a su presentación continuar leyendo y acercarse a la lectura pues tienen muchas alternativas en los Centros de Información. Comentó que siempre estará presente en las redes sociales en Facebook como: Toño Malpica, en twitter lo encuentran como: @t_malpica y tiene una páginawww.galofrando.com en donde cada que puede, él mismo contesta mensajes y se mantiene en contacto con su público.
Al término de la presentación, el escritor se dejó tomar fotografías y pudo firmar algunos libros de la gente que le solicitó la dedicatoria.