La seguridad ha mejorado en la ciudad, pero todavía quedan algunas zonas de peligro, sobre todo porque la población tiene qué ingeniárselas para cuidar su patrimonio, y de todos es sabido que los delincuentes no duermen y también planean cómo, cuándo y dónde delinquir.

Un vecino de la calle Manuel José Othón quien tiene su vehículo sobre dicha vialidad contra esquina del mercado Revolución, de plano tomó la decisión de “amarrar” su auto de un poste, utilizando una cadena y un sofisticado candado, para que batalle el hampa si es que lo quiere desaparecer.

Vecinos y comerciantes se han quejado de que los ladrones han incursionado en sus negocios para cometer asaltos, a quienes por cierto ya se les disminuyeron los negocios porque el corredor comercial frente al mercado Revolución ya fue desalojado, tras 50 años de operar hubo cierre masivo, al parecer porque harán una plaza comercial o un conjunto habitacional.

Ahí por la colonia Popular y San Luis ya no habrá tantos establecimientos solitarios a los que atracaban los delincuentes, porque se cambió la peluquería, la dulcería, la tienda de abarrotes, la mercería, la papelería, el negocio de electrodomésticos, y la única que queda es la panadería, de un grupo de jóvenes que producen pan artesanal y a quienes también los han visitado los delincuentes, pese a que están en plena avenida Manuel José Othón.

Habitantes y los dueños de negocios que aún permanecen en el lugar se pronuncian porque haya más presencia policíaca o bien que implementen operativos para inhibir los hechos delictivos que tanto daño hacen al vecindario, y aunque ha bajado el número aún se cometen.

Por ello la estrategia del dueño del auto Honda Civic, que lo encadenó del poste para que no se lo roben ó mejor dicho para complicar más el trabajo de los ladrones, quienes sufrirán más para llevarse el vehículo.

La voz unida de los habitantes de la colonia San Luis es que haya más presencia policíaca para inhibir el accionar de los delincuentes, quienes hoy en día portan con facilidad armas como pistolas, cuchillos, o las hechizas y hasta con las de utilería cometen asaltos.