“Te enseñaré el oficio de panadero para que te ganes la vida hijo” es el lema que implementó la panadería Potrero, que desde hace más 85 años ofrece sus piezas de pan en el altiplano potosino, que gracias al turismo, son llevadas a otros estados como Nuevo León, Coahuila, Guanajuato, Zacatecas e incluso a varias ciudades de Estados Unidos.
Ubicada en la comunidad de El Potrero en el municipio de Real de Catorce, inició su historia en 1935 cuando Gregorio Moreno decidió poner su panadería, cocinando las piezas de pan en horno de leña, una tradición que siguen hasta la fecha y que le da un toque de distinción en comparación a otros negocios del mismo giro y que los visitantes a este pueblo mágico, lo hacen preferirlo.
Al morir don Gregorio, el negocio quedó en manos de su hijo Ramiro Moreno, quien hace apenas unos días falleció y quien se esforzó por continuar impulsando la panadería familiar, sacrificando incluso las ganancias, pero nunca la calidad del producto, para seguir teniendo la preferencia de los clientes.
Entre los panes que elaboran, están el cortadillo de leche de cabra, que es uno de los favoritos de la gente, pero también hay otros tradicionales como los chamúscalos o los polvorines, los cuales ya también los tienen listos en cajas, para que los turistas los puedan llevar a sus lugares de origen, lo dice Maribel Moreno hija de don Ramiro y que junto con sus hijas, hoy está al frente del negocio.
La historia de esta panadería, se puede conocer dentro del Festival Mágico que se instaló este fin de semana en Real de Catorce, en donde los visitantes que llegaron a este destino gracias a la carrera Trail Mágico, pudieron disfrutar de la gastronomía y las artesanías típicas de la región, acompañados con música de diferentes géneros.