A pesar de las restricciones impuestas, ante la contingencia para evitar el contagio de COVID19, hay centros comerciales que comienzan a trabajar en la clandestinidad.
Tal es el caso de la Plaza de la Mujer y la Plaza de la Tecnología, cuyos locatarios, ante la medida de cerrar esos establecimientos, reciben clientes para ofrecer diversos servicios a puerta cerrada.
En Plaza de la Mujer hay locales de instalación de uñas postizas que, a través del teléfono celular, contactan y citan a sus clientas para realizar el citado trabajo, que además es de contacto muy cercano.
A pesar de que este domingo cerraron las puertas de la Plaza de la Tecnología, continúa trabado el conflicto de locatarios, entre los que piden el cierre total y definitivo del establecimiento, y los que quieren que permanezca abierto luego de la negativa de la gerencia para suspender el pago de rentas.
Ahí, con el pretexto de entregar trabajos de telefonía celular y computación pendientes, se recibe a los clientes.
El fin de semana, la Dirección de Gobernación anunció que se sumaría a las brigadas de la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios, para evitar este tipo de situaciones.
Aunque es cierto que el primer cuadro de la ciudad luce cada vez más solo, aún hay ambulantes que ofrecen productos de todo tipo.