A más de dos años de un incendio que arrasó con una sección de sus locales, la céntrica plaza La Exposición continúa sin recuperarse de esos daños; los locales que se vieron afectados le siguen dando un aspecto de semiabandono, y no hay visos de que en breve sean rehabilitados.
Y tal desatención terminó por provocar el retiro de otros comercios, ante la ausencia de compradores que desde el siniestro ya no pueden recorrer de arriba abajo los pasillos hoy vedados de esa plaza comercial que tuvo su momento de auge, igual como lo tuvo la gran y lujosa tienda departamental que la antecedió: La Exposición.
Ubicado en la esquina de las calles Miguel Hidalgo y Álvaro Obregón, se sabe que el edificio se construyó entre 1914 y 1917, y es de estilo neoclásico con toques afrancesados; se le atribuye a Octaviano Cabrera, quien también intervino en el diseño y construcción del Edificio Ipiña; de una sección del edificio de la Sociedad Potosina la Lonja; y del que actualmente alberga el Museo Federico Silva, entre otros.
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Durante muchos años La Exposición trajo a la capital potosina artículos de lujo que comercializó como tienda departamental, en sus dos plantas habilitadas.
Hoy, el espacio comercial está habilitado con aproximadamente 40 locales que, en su momento, estuvieron ocupados; hoy son alrededor de una decena de ellos los que siguen operando, muy pocos de ellos en la planta alta.
El incendio ocurrido en mayo de 2022 –originado por un corto circuito y/o por el sobrecalentamiento de un aparato que se dejó encendido- afectó a varios locales, varios de ellos con mercancía que fue consumida por el fuego.
Aunque en su momento hubo reclamos de algunos comerciantes, hoy se ignora si alguno habría recibido alguna indemnización; empleados o encargados de los negocios que todavía operan, aseguran desconocer todo lo relacionado a ello, e incluso dicen no conocer ni a los dueños.
Cabe recordar que durante varios días la plaza comercial La Exposición se mantuvo cerrada al público después del siniestro; luego, una vez que Protección Civil reportó que no había daño estructural, se reabrió, se vedó el ingreso a la sección afectada e incluso, se colocaron grandes ventiladores para disipar el olor a quemado.
Sin embargo, a partir de ahí ya nada fue igual y fuera de los curiosos que acudían “a ver cómo quedó después del incendio”, la afluencia de compradores disminuyó afectando a aquellos locales que se mantuvieron abiertos, pero que mantienen cierta incertidumbre ante frecuentes rumores de un posible cierre definitivo del inmueble.