En San Luis Potosí son pocos los talleres de piñatas que existen, pues muchas de ellas son traídas desde otras ciudades para poder comercializarlas aquí en la Capital.
En Fiestilandia, un negocio ubicado sobre la calle Pedro Montoya, espacio dedicado a las fiestas infantiles, ha preservado la elaboración de piñatas siendo uno de los únicos locales que continúan vendiéndolas en sus formas más tradicionales.
De cartón y papel periódico con engrudo, son las piezas que aquí comercializan, así como también las piñatas tradicionales de fiestas decembrinas, las típicas estrellas de siete picos.
Las y los empleados de este establecimiento platican que actualmente son familias las que se dedican a elaborarlas, empleando gran cantidad de horas en hacer cada detalle de los personajes más idolatrados por las niñas y niños.
"Muchos locales ya no venden de este tipo de piñatas, muchos de ellos han cambiado el estilo de estás y la mayoría de ellas Ya son de caja. Ya no sé laboran de figuras de acción o las caricaturas más vistas por los niños, son raros los negocios que llegan a contar con este tipo de piñatas"
Los costos pueden variar, sin embargo las piñatas que son un poco más elaboradas por ende son mucho más costosas.Las que tienen un precio alto llegan a costar hasta 400 pesos y las más económicas las hay desde 150 pesos.
Los personajes más buscados por la clientela son los de películas de acción, caricaturas para niñas y personajes de la televisión.
"Hay de todo un poco, las que son más detalladas se las llevan porque son bonitas porque prácticamente no les caben tantos dulces y son pesadas por lo que es muy difícil romperlas antes de que se caigan por el peso".
Es por ello que la clientela a optado por comprar de las más livianas y sencillas, por la facilidad de transportarlas y rellenarlas un poco más de golosinas.
Las personas que se dedican a elaborar piñatas comentan, se tardan aproximadamente 10 días en elaborar una de las más complejas y detalladas. Pues dicen que cada capa de papel maché tarda algunas horas en secarse para irles dando forma, además de las rigurosas capas de pintura acrílica.
Este tipo de piñatas llegan a pesar un poco más de 10 kilos y actualmente ya se descontinuaron aquellas que se elaboraban con vasijas de barro.
"Esas ya no se venden, las descontinuaron por los accidentes que ocasionaba. A veces si viene gente buscándolas pero ya nadie más hace".
Respecto a la fabricación también comentaros que quiénes se dedican a este rubro, son personas que aprendieron el oficio en talleres familiares, aunque muchos de ellos ya no existen.
"A veces se tiene la fortuna que aquí se elaboren muchas de ellas, pero la mayoría de los comercios las traen de otras ciudades. Es muy poco común que aquí en la capital alguien haga ese trabajo".
Sin duda las piñatas traen alegría y diversión, no importa que forma tengas, son parte de la ilusión de un festejo que está a punto de culminar, el recordatorio de algo que celebrar. Las piñatas son en contenido pura felicidad.