“Una persona que delinque debe esperar que la sociedad lo castigue, y en ese sentido, Derechos Humanos tiene que ponerse más del lado de la víctima que del victimario”, indicó el sacerdote Juan Jesús Priego Rivera, vocero del Arzobispado.
El sacerdote lamentó que la incidencia de homicidios se haya incrementado de acuerdo a los datos del Semáforo Delictivo, y señaló que si esto ha ocurrido, es debido a que no hay castigo a los delincuentes, “otra cosa sería si todo aquel que cometiera un ilícito inmediatamente fuera requerido por las autoridades, ahí sí le pensaría”.
Manifestó que es necesario “caer en la cuenta que no hay derecho a delinquir, una persona que delinque debe esperar que la sociedad lo castigue, y en ese sentido, Derechos Humanos tiene que ponerse más del lado de la víctima que del victimario, se tiene que disuadir al delincuente de lo que quiere hacer, porque si encuentra más defensores que acusadores es un delincuente que va a seguir saliendo”.
Priego Rivera reconoció que hay ocasiones en que los organismos defensores de Derechos Humanos juegan un papel fundamental, como en el caso de la separación de niños y padres migrantes en Estados Unidos, pero insistió en que estos organismos no deben defender a criminales.
Precisó que se tienen que respetar los derechos como persona de quienes delinquen, “pero eso no significa que se le vaya a perdonar lo que hizo”, sino que tiene que responder ante la sociedad por los ilícitos que cometan.
Y es que incluso comentó que hay quienes llevan 40 “visitas” a los penales y vuelven a quedar en libertad, por lo que destacó que estos lugares deben ser como escuelas en las que los reclusos rectifiquen su camino, “tienen que ser centros de reinserción, rehabilitar a la persona, no sólo como una especie de castigo porque sería justicia vengativa, sino que llegando allí puedan cambiar su forma de pensar, cosa que no está sucediendo porque reinciden, significa que no hubo cambio, rehabilitación de la persona”.
Por ello también se refirió a los comentarios del Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, respecto a que con su ejemplo habrá rectitud en el resto de los funcionarios, y señaló que la Iglesia conoce el corazón del hombre, y sabe que no por el hecho de que un líder sea honesto lo será el resto, “puede estar rodeado de personas que no lo sean, por eso necesitamos que las instituciones sean fuertes y puedan hacer justicia cuando haya sido quebrantada”.