En San Luis Potosí se desperdician cada día, 17 mil toneladas de alimentos, y aunque ya fue aprobada una ley para obligar a que las empresas donen los alimentos que no van a comercializar, ésta no ha sido aplicada debido a que está incompleta, lamentó Héctor D'Argence Villegas, presidente del Banco de Alimentos (BAALI).
Este 16 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Alimentación, y en ese marco, el presidente del BAALI informó que cada día, en San Luis se desperdician 17 mil toneladas de alimentos, tanto por parte de empresas que prefieren destruir los alimentos para donarlos, como en el campo cuando resulta más costoso levantar la cosecha que dejarla perder, y en la Central de Abastos.
Indicó que esas 17 toneladas serían suficientes para alimentar a los beneficiarios del BAALI y poder ampliar su padrón, por lo que hace un año y medio esta organización promovió una iniciativa que “establece que las empresas donen de manera obligatoria todo aquel alimento que comercialmente ya no vayan a ocupar, y que en vez de destruirlo Hacienda permita que lo puedan donar”.
Además, que a través de la Secretaría de Finanzas se genere una plataforma en la que las empresas informen de qué disponen como donativo para que las asociaciones dedicadas a la asistencia alimentaria, puedan gestionar el donativo y entregar un recibo deducible de impuestos a las empresas.
Sin embargo destacó que a pesar de que la iniciativa ya fue aprobada, no se crearon las reglas de operación para echarla andar y por ejemplo, garantizar que las asociaciones que pretenden acceder a un donativo, estén certificadas, por lo que no se ha puesto en operación.
D’Argence Villegas indicó que “esto nos daría un marco legal que nos puede ayudar a acceder a más donativos, y sobre todo a que el hambre acabe en San Luis Potosí”, por lo que dijo esperar que la actual Legislatura tenga la sensibilidad para completar la ley y ponerla en funcionamiento.
Además, hizo un llamado a las empresas, no solo a las que fabrican alimentos sino en general, a que se solidaricen con el combate a la pobreza alimentaria, y colaboren ya sea con alimentos o con tiempo y personal, pues también pueden dar capacitaciones para el autoempleo de los beneficiarios del Banco de Alimentos.