Si bien es sabido que las artesanías locales son un imán para los turistas en temporada vacacional, para María Amelia esto es una novedad, pues en años anteriores y ante la fuerte ola de contagios por covid 19 su venta se vio mermada durante casi tres años de pandemia.
Esta artesana Otomí, explica que apenas esta temporada ha podido ver un aumento en la venta de su mercancía , dónde destacó que se ha reducido considerablemente el regateo sobre el precio de la misma.
"En años asados vendía poco, a veces no llegaba aquí a la capital, prefería quedarme dónde vivo. Ahorita si se nota más gente y hay mucha venta, dónde si pagan el precio de mis cosas", explicó.
María elabora las tradicionales muñecas de trapo con rostro alegre y vistosos listones entramados en un trenzado de hilazas que tratan de emular cabello, también vende pulseras bordadas, y algunas carteras con trazos de pintura artesanales.
"Aquí buscan de todo, pero lo que más se llevan es lo pequeñito por el precio, son más los "gringos" o gente que no es mexicana los que compran lo más caro, cómo las muñequitas de 350 pesos, lo más barato son las pulseras delgaditas de 59 pesos".
Si bien al día, comentó María, no llegan a vender una gran cantidad de artesanías, lo que gana le es suficiente para el sustento diario de su familia.
"Ahorita está flojita la venta porque apenas empieza la llegada de turistas, pero ya más o menos para el miércoles vendemos más. Cómo le digo todo es cuestión de tiempo, saber esperar".
María además apuntó que lamentablemente, son las personas de otros países las que más valoran su trabajo, que buscan algo distintivo y que por supuesto pagan lo que es.
"Vienen de todo, pero si son más los güeritos del otro lado o a veces hasta de otros países los que pagan hasta de más. La gente de aquí si paga pero se hace mucho del rogar, y pues así no está bien porque uno le lleva tiempo coser y hacer sus cosas. Mire usted, simplemente tenemos que estar en el suelo vendiendo porque no hay espacios gratis para vender lo nuestro aquí".
Por último María hizo una invitación a los turistas, de verificar lo que compran, a qué comparen recios y que no se dejen engañar por vendedores.
"Es mejor que vayan directo con el artesano, que compren ahí en su puesto, las riendas suben los precios y piden comisiones que a veces no nos dan, mejor que compren directamente con nosotros porque aparte hay mucho producto chino que es falso y lo venden como original".