Son preocupantes las secuelas físicas y emocionales que enfrentan las mujeres al someterse a un aborto clandestino, así lo señaló Jessica Yolanda Rangel flores, enfermera y doctora Ciencias Sociales, quien además agregó que es de suma importancia que la legislación local actual decida a favor de la interrupción legal del embarazo, para reducir los riesgos que enfrentan las mujeres que se someten a este procedimiento de manera ilegal.
Pues a nivel nacional la práctica del aborto, constituye la cuarta causa de muerte de mujeres asociada a la maternidad.
"Algunas veces las mujeres cuando se realizan o se practican un aborto, el diagnóstico del deceso es justamente hemorragia obstétrica, ellas se realizan los abortos sin las medidas de asepsia adecuadas y entonces desarrollan choques séptico situaciones que influyen en estos decesos".
Lo que realizó un exhorto a las autoridades legislativas, que no permitan que más mujeres mueran por esta causa y que accedan en libertad a este procedimiento, sin el estigma, la criminalización y el encarcelamiento por decidir sobre sus propios cuerpos.
"No hay justicia para que se siga muriendo una sola mujer por estas causas, que ponen en crisis a toda una familia y a todo un grupo social, las mujeres que abiertas son personas, no son números y ellas enfrentan solas esta situación,
ya sea por la falta de acompañamiento, por la falta de recursos médicos, accesos a servicios de salud, son muchas las condicionantes, como lo es el aspecto económico y cultural".
Rangel Flores también remarcó que existe el mito de que el aborto provoca secuelas emocionales irreparables y aclaró que esto se deriva no de la práctica, sino del dolor que provoca el estigma, el señalamiento y el pánico que enfrentan las mujeres al no recibir atención médica adecuada y acompañamiento digno durante este proceso.
"Hay un estigma de tener que callar algo tan intenso, desde lo emocional, en una sociedad que prefiere no hablar del tema, entonces el primer impacto es el psicológico, porque son mujeres que tienen o que se ven obligadas a practicarse un aborto en soledad, en silencio, algunas veces ni siquiera acuden a una amiga, ni a una colectiva que acompañe porque hay tanto estigma alrededor, que prefieren hacerlo solas, cuando eso no debería de existir".
Estigma que mencionó la doctora en Ciencias Sociales, indicó que muchas mujeres prefieren morir antes de tener que enfrentar una maternidad impuesta, ante los contextos de desigualdad, precarización y vulnerabilidad que estadísticamente enfrentan más las mujeres.
"Las que más recurren a esta práctica en su desesperación, son muchachas, muy jóvenes o mujeres en condiciones extremas de pobreza".
Por último Rangel Flores señaló que el personal de salud también tiene cierta responsabilidad para acceder a entender las condiciones que enfrentan las mujeres que abortan en lo clandestino.
"Actualmente se reconoce su derecho a no participar de la práctica del aborto, nada más que está mal entendido. Entonces creo que más bien tenemos que analizar desde donde parte esta libertad de conciencia para realmente replantearnos si hay que objetar conciencia de una manera informada y que garantice el bienestar de las personas. Hay que entender también que somos personas el personal de salud y también tenemos una carga cultural y también traemos misoginias y también traemos machismos y también es parte de la deconstrucción en nuestra profesión "