En un contexto de alarmantes cifras de violencia contra las mujeres en la capital potosina, el Secretariado Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública, en colaboración con la CONAVIM, ha presentado un nuevo proyecto enfocado en la atención integral de esta problemática en adolescentes y en el ámbito escolar. La especialista en género y presidenta de la organización Nueva Luna A.C., Marcela García Vázquez, ha calificado este proyecto como “atinado, pertinente y factible”, en donde además destacó su enfoque en las raíces del problema.
Para García Vázquez, este proyecto marca un cambio significativo en la forma en que las políticas públicas abordan la violencia de género en el contexto educativo. “Es atinado porque aborda el problema desde un enfoque localizado en los espacios educativos, donde se viven las violencias, pero también donde las víctimas expresan sus experiencias, ya sea a través de la palabra, el silencio o su comportamiento”, comentó la activista.
El proyecto, que se implementará en la zona centro del estado, busca intervenir directamente en los entornos escolares, donde la violencia muchas veces inicia y se reproduce.
Además, García Vázquez consideró que el programa es pertinente al “poner en el centro a la víctima o a las posibles víctimas” y “desenredar la madeja hasta llegar a las causas de la violencia que se vive y se manifiesta en el espacio escolar.” Este enfoque, aseguró, es innovador y necesario, pues “hasta ahora, las políticas públicas han priorizado el consultorio o las intervenciones preventivas, sin considerar las necesidades expresas de niñas y adolescentes.”
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La presidenta de Nueva Luna A.C. también destacó el potencial de este programa para generar un cambio profundo en las comunidades. “Estoy segura de que de aquí se derivarán una multiplicidad de problemáticas comunitarias que se irán resolviendo con la intervención de otras instituciones,” explicó, y agregó que más allá de las denuncias, el proyecto permitirá “una transformación de las prácticas culturales marcadas por el machismo”. En su visión, este cambio será impulsado por la propia comunidad, que irá tomando conciencia de la magnitud del problema y de la importancia de combatirlo.
Sin embargo, García Vázquez advirtió que el éxito de esta iniciativa depende de que el personal involucrado esté “realmente capacitado, con pertinencia cultural, conocimiento de derechos humanos y perspectiva de género.” Para ella, estos elementos son indispensables, junto con la formación de un liderazgo comunitario que pueda sostener y expandir los alcances del proyecto en el futuro.