Las y los visitantes del parque Juan H. Sánchez, mejor conocido como Parque de Morales, son recibidos por una fuente de la que la gente ya ni se acuerda cuándo estuvo en funcionamiento.
En recorrido realizado por el Sol de San Luis en el área que una vez representó un auténtico pulmón para la ciudad, este martes se pudo constatar que la mayoría de los árboles lucen secos o ya muertos; las raíces han hecho que los troncos caigan a las rejas en la calle “Arboledas”; aunque en el lugar se encuentra el Vivero Morales, destinado a la reforestación del lugar.
En el lugar donde una vez se encontró el lago del parque Juan H. Sánchez, con lanchas para remar y patos, hoy está totalmente seco, el área de juegos infantiles metálicos está bien delimitada y protegida por una barda de piedra, pero cerrada al público.
El parque abre sus puertas todos los días del año a partir de las 22:00 horas, para reabrirse a las 5:45 del día siguiente, de acuerdo a un grafiteado letrero a la entrada del lugar, el paso a bicicletas está prohibido.
Algunas cabañas están en mal estado, con las mesas centrales de concreto y ladeadas con riesgo de caerse, otras se mantienen en buen estado con el techo recién remodelado; las bancas color blanco a lo largo del pasillo central están limpias y en buen estado.
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Hay distintas zonas con aparatos para hacer ejercicio las cuales lucen limpias y bien cuidada con los aparatos recién pintados
A diferencia de los fines de semana cuando es visitado por muchas familias con sus mascotas entre semana sólo se pueden ver ciclistas y algunas personas que acuden a correr pero sin las mascotas.
En el marco del reciente conflicto por los trabajos que realiza Gobierno del Estado en el lugar se encuentra la rehabilitación integral del sitio, ahí se construye un módulo sanitario por parte de la Secretaría de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obras Públicas; cerca pueden observarse trascabos, máquinas aradoras y aplanadoras, sin que este martes se encontrarán trabajadores en el lugar.
PROMUEVEN ECOLOGÍA
La empresa Red Ambiental instaló a la entrada dispensadores para reciclar basura; entre ellos uno para metal (latas de alimentos, bebidas, papel aluminio, alambres, cables, no pilas ni electrónicos); otro para papel (cuadernos, periódicos, revistas, hojas, cajas de cartón); y otro para plástico (botellas de bebidas, envases y bolsas, así como envolturas, plástico burbuja, bolsas limpias).
En el pasillo central hay un enorme recipiente para las tapitas de plástico que se utilizan para reciclar, en apoyo a los tratamientos para personas con cáncer. Al interior, por todo el parque, hay suficientes y vastos botes de basura, tanto de aseo público como los recipientes de plástico que se ven en toda la ciudad.
Finalmente se advierte que, de no recoger las heces de sus mascotas, esto le podría costar al responsable hasta tres mil 112 pesos o lo equivalente a 30 UMA´s.