Cuando una armadora automotriz inicia un paro técnico de producción, afecta de manera directa a todas las empresas que les proveen piezas fundidas, pues al no haber operatividad en la línea productiva entonces no pueden comercializar las autopartes que fabrican.
Manifestó lo anterior el presidente de la Sociedad Mexicana de Fundidores A.C., Álvaro Gutiérrez Cid, en torno al paro técnico que se anunció por parte de la planta de General Motors en Silao, Guanajuato, y quien comentó que todos los que sean proveedores de esta compañía posiblemente se verán perjudicados por esta situación, porque parar una producción por 15 días o más genera pérdidas económicas fuertes.
“Si por ejemplo hay alguna empresa que le venda General Motors la parte de frenos, y saben que no va a estar produciendo, por ende la industria sabe que no le va a poder vender en cierto plazo, ya sea una o dos semanas, se queda igual ese tiempo sin poder comercializar o colocar sus productos en la empresa. La planta de Silao hablaba de un paro de hasta dos semanas, entonces sí podría ser fuerte el impacto, no a nivel general sino específicamente a los que les proveen de manera directa a ellos”, expresó.
No obstante, consideró que una ventaja que tiene la industria de la fundición es que es cíclica, y cuando una armadora automotriz termina de producir una determinada línea de vehículos, las empresas proveedoras deben generar un stock de piezas terminadas que les podrán seguir vendiendo hasta dos años después, y posterior a eso reinician el ciclo con una nueva línea de producción.
“La industria de la fundición suele ser cíclica, obviamente los autos tienen una vida útil que tienen que marcar dentro de sus ramas o plataformas; en el momento en que tú terminas la producción del último auto fabricado tienes que dar dos años más de refacciones”, añadió.
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