Por alrededor de un minuto sonó la torreta de la Cruz Roja Mexicana para solicitar el paso, pero la unidad no podía avanzar debido a que un taxista bloqueó el acceso a la ambulancia que trasladaba a un paciente de la colonia Julián Carrillo para recibir auxilio médico. A pesar de que se trataba de una necesidad médica; el conflicto que hay en las calles, la falta de cultura cívica, la estreches de las vialidades, la alta movilidad de la zona, hizo que se generara esta situación que expuso a muchos a un grave peligro.
Paramédicos de la Cruz Roja Mexicana de San Luis Potosí trasladaban a un paciente que habían recogido en la zona conurbada, pero justo cuando transitaba en la calle de Carlos Díaz Gutiérrez, frente de las instalaciones del Hospital General del ISSSTE, un taxista con número económico 3264 no le permitió el paso por más que se le solicitaba. La población grabó los hechos que se hicieron virales, básicamente porque había una persona que se debatía entre la vida y la muerte y porque a los que circulaban por la zona, también los colocaba en grave riesgo ante ese desorden vial.
Jesús Ernesto de la Maza Jiménez, delegado estatal del organismo sanitario nacional, refiere que este tipo de situaciones son normales y obedece a diversos factores, entre ellos que la ciudad está creciendo gravemente, la ciudadanía no toma conciencia de las cuestiones de seguridad y vialidad, la gran carga vehicular que es cada vez más fuerte, además de que las calles están muy estrechas. No conocer estos temas, hace que pacientes, paramédicos, ciudadanía que transitan en esos lugares se coloquen en un riesgo inminente.
“Se supone que tenemos todas las instancias, en estado de vulnerabilidad tenemos un cierto derecho de paso. Desgraciadamente la gente ha venido cada día, entorpeciendo más la maniobra”.
No se piensa en que adentro del vehículo va una persona en estado crítico y que el tiempo es vida. A toda unidad que tenga alguna simbología de una ayuda, se le debe dar el derecho de paso, pero sucede que tanto ciudadanos como automovilistas entorpecen las calles por diversos aspectos. Hay hasta quienes aprovechan el tiempo para rebasar los límites.
No hay estadísticas de cuántos hechos de este tipo suceden al día, pero una constante que observan es que los jóvenes se sienten afectados en su velocidad y en su transitar “porque sienten que las calles son suyas y es un privilegio de ellos o es el demostrarle algún motor su potencia y no se ponen a pensar un poquito en el peligro que esto les puede representar”.
Considera que la ciudadanía debe conocer los códigos para las emergencias como es el uso de las torretas, pues cuando van encendidas indican que una persona está en estado de vulnerabilidad y cuando van diferentes colores, ya es el estado crítico, “pero es muy difícil, si no entiende lo primero, pues manos van a entender lo segundo”.
Muchas veces, la institución se ha vuelto inmersa en accidentes porque ya está muy diversificada la vialidad, pero la ciudadanía no asume ese aspecto, es así que han tenido que brindar la atención a través de las motocicletas de la institución que van totalmente equipadas “la idea de ellas, es llegar al evento en donde haya un daño y tratar de evaluar, lo más pronto posible, porque tenemos problemas de vialidad, hay congestionamientos, tratamos de llegar y buscar una estabilidad y estabilizar a la persona y en su momento hablar a nuestra central y decir es necesario la ambulancia porque no se puede esa persona mover”.
A su consideración todo esto tiene fundamento en que el parque vehicular está creciendo, la vialidad no está bien, hay congestionamientos, embotellamientos y eso propicia que no se dé bien el servicio cuando suceden accidentes, pero lo grave es que en el camino también se pueden accidentar a los transeúntes. Además, los adoquines en las calles están en constante movimiento.
Aunado a esto, falta señalética sobre todo en lugares como Avenida Chapultepec donde la gente corre a fuertes velocidades. Para todos se complica el libre tránsito sino hay señalética.
Aunque parezca inverosímil la ciudadanía no hace caso de los sonidos que emite la ambulancia cuando va en tránsito trasladando a un paciente, la inconsciencia civil ha crecido poniendo en riesgo a todos. Víctor Morales socorrista de la Cruz Roja Mexicana refiere que esta conducta sucede todos los días aún y cuando la gente sabe que están ayudando a una persona que se debate entre la vida y la muerte y que además están acudiendo a una llamada de auxilio.
Sentencia que las calles se han vuelto un peligro para todos, y aunque ellos como institución sanitaria humanitaria atienden las recomendaciones de tránsito en muchas ocasiones han tenido que enfrentar a los automovilistas que no se quieren hacer a un lado.
“Ahí hubo algunos obstáculos, de algunos vehículos y eso ocasionó que retrasarán a la ambulancia de emergencia y eso es tan común, creemos que se deben a varios factores principalmente hay el tema del tamaño de las calles o de los diseños, juegan un factor importante, también el tema de la educación de los conductores”.
Algunas veces la saturación de los espacios para estacionarse son otros retos que enfrentan “las calles ya están también obsoletas, se requiere más movilidad”.
Al ver de frente estas situaciones insisten en solicitar el paso para llegar más rápido a brindar el servicio de emergencia, “también la gente si se desespera que no llegamos rápido y pues estos son algunas secuelas que ocasionan que no lo hagamos. Si el vehículo de plano nos impide el paso porque no se mueve o porque tiene alguna situación, a veces cancelamos esa ambulancia y si tenemos mandamos otra, pero por otro o por otra ruta, pero eso nos va a implicar que nos lleve todavía más tiempo. En el en la mayoría de los casos, pues bueno insistimos con el tema de la sirena es la misma”.
También hay gente que obstruye la circulación porque ve oportunidad de pasar, en este y en cualquier otro caso no se puede hacer mucho más que concientizar, pues no hay formas de comprobar legalmente que se está haciendo un daño.
Los paramédicos también cuidan la seguridad vial al momento de transitar para no generar un segundo accidente, tienen la instrucción de tener una conducción segura, “tanto para nosotros como para el resto de la ciudadanía”.
Ha detectado que por este tipo de bloqueos hay gente que empeora y ha llegado a morir “sí, si alguien ha perdido la vida si, es por la pérdida de tiempo, por estos casos de estas personas que no dejaron pasar, esto pone más en riesgo al paciente. Hay estadísticas internacionales que si hablan de los tiempos en la respuesta que sí son factor para aumentar o reducir las condiciones de la persona si no recibe rápido la ayuda, pocos segundos pueden ser factor de vida o muerte”. El tiempo de respuesta prehospitalario para las prioridades tipo I y II es de 8 minutos, mientras que para las prioridades tipo III y IV es de 15 minutos.
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Otro servicio de emergencias que se ve inmiscuido en este tipo de problemas es el honorable cuerpo de bomberos, su titular, Adolfo Benavente Duque, destaca que cuando este tipo de hechos sucede lo que hacen es reportar las placas a la dirección de tránsito municipal para que se sancione o amoneste a los inconscientes automovilistas, que no dejan pasar a las unidades de auxilio cuando llevan las torretas o las sirenas prendidas.
Para el responsable de apagar los incendios en la entidad, también las calles y vialidades son un problema, pues al momento de circular en una emergencia por muchos fraccionamientos se han percatado que están creciendo y no dejan espacio para transitar.
Como autoridades son convocados al ayuntamiento de San Luis Potosí, cada vez que se va a construir un nuevo fraccionamiento y ahí, ellos promueven que se hagan calles más amplias, recomendación que pocos empresarios toman en cuenta.
“En el Ayuntamiento cuando te autorizan los fraccionamientos nuevos, siempre estamos que se hagan las calles de acuerdo a las necesidades, la propuesta que hacemos es de cuando mínimo 12 metros de ancho, pero la gran mayoría de las veces no hacen caso”.
Es muy difícil demandar a los culpables de situaciones de este tipo, solo pueden tomar las placas y reportarlo a la Dirección de Tránsito para que hagan una infracción, hace cinco años, el cuerpo de Bomberos pudo proceder en un caso pero es difícil que ocurra por muchos factores, la falta de tiempo, el seguimiento a los casos y falta de ordenamiento jurídico para el tema.
Sobre este tema, cabe añadir que, en el Área Jurídica del ayuntamiento capitalino, comentaron que existe dentro del reglamento de tránsito la proyección de que se puede permitir que los cuerpos de seguridad y de emergencia desobedezcan la reglamentación por anteponer la vida de una persona, pero también se reconoce que como ciudadanos no estamos obligados a darles el paso a los cuerpos de auxilio. Sin embargo, si por la culpa de un despistado ciudadano o automovilista, se pone en riesgo la salud de alguien, entonces se le llama conducta de omisión por obstruir el beneficio de un bien común jurídico que es la vida o el patrimonio y eso está reglamentado en artículo 16 párrafo segundo del Código Penal del Estado de San Luis Potosí.